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El libro ofrece una perspectiva informativa de la historia colonial de África, en particular de Zimbabue (antigua Rodesia), y profundiza en los entresijos de la formación de África Austral y en las figuras clave implicadas en su historia. Constituye un recurso útil para quienes deseen comprender las repercusiones del imperialismo.
Ventajas:⬤ Ofrece una visión detallada de la historia colonial africana
⬤ mejora la comprensión del papel británico durante la era imperial
⬤ presentado de forma accesible por Charles River Editors
⬤ útil para refrescar los conocimientos históricos
⬤ apto para lectores de todas las edades.
Puede no ofrecer una cobertura exhaustiva de todos los aspectos históricos; algunos lectores pueden encontrar el contenido demasiado centrado en acontecimientos o figuras específicas.
(basado en 3 opiniones de lectores)
The Fight for Zimbabwe: The History and Legacy of the British Empire's Attempt to Establish a Colony in the 19th Century
*Incluye imágenes.
*Incluye bibliografía para lecturas complementarias.
La historia moderna de África fue escrita, hasta hace muy poco, en nombre de las razas indígenas por el hombre blanco, que había entrado por la fuerza en el continente durante una fase particularmente arrogante y dinámica de la historia europea. En 1884, el príncipe Otto von Bismark, canciller alemán, reunió a los plenipotenciarios de todas las grandes potencias de Europa para tratar la colonización de África de forma que se evitara provocar una guerra. Este acontecimiento -conocido como la Conferencia de Berlín de 1884-1885- galvanizó un fenómeno que llegó a conocerse como la Lucha por África. La conferencia estableció dos reglas fundamentales para la conquista europea de África. La primera de ellas era que no se reconocería la anexión sin pruebas de una ocupación práctica, y la segunda, que una ocupación práctica se consideraría ilegal sin una petición formal de protección realizada en nombre de un territorio por su líder, petición que debía plasmarse por escrito en forma de tratado legal.
Comenzó así una carrera, encabezada principalmente por intereses comerciales europeos en forma de sociedades anónimas, para penetrar en el interior de África y cortejar a sus dirigentes con armas, baratijas y alcohol y, una vez obtenidas sus marcas o sellos en tratados espurios, comenzar a establecer las fronteras de las futuras colonias africanas europeas. La facilidad con que esto se logró se debió a que, en ese momento, el liderazgo tradicional africano estaba desunido y el pueblo acababa de recuperarse de siglos de conmoción infligida por la trata de esclavos. Así pues, usurpar la autoridad, intimidar a una sociedad ya rota y enfrentar a un líder contra otro fue una tarea diplomática tan infantilmente sencilla que el asunto quedó zanjado, en su mayor parte, en menos de una década.
Sin embargo, hubo algunas excepciones, la más notable de las cuales fue quizás la nación zulú, una monarquía centralizada de enorme poderío militar que necesitó una guerra colonial británica, la famosa guerra anglo-zulú de 1879, para lograr la pacificación. Otra era la de los amaNdebele, una rama de los zulúes, establecida ya en la década de 1830 en el sudeste de lo que en el futuro sería Rodesia y, más tarde, Zimbabue. Ambas eran monarquías poderosas y centralizadas, fortificadas por un ejército profesional organizado y agresivo, subdividido en regimientos y deudor de una lealtad fanática a la corona. Los zulúes no eran objeto de tratados, y su historia quizá sea tema de otro episodio de esta serie, pero los amaNdebele sí lo eran, y los primeros tratantes y concesionarios europeos debían andar con mucho cuidado al entrar en sus tierras. Pasaría mucho tiempo antes de que el inevitable curso de la historia obligara a los amaNdebele a someterse a la dominación europea. Aunque los tratados y la diplomacia británica de las cañoneras desempeñaron un papel importante, en última instancia fueron la guerra, la conquista y la derrota en batalla las que doblegaron a los amaNdebele.
A pesar de ello, los amaNdebele, pese a su derrota militar final, gozaban de un enorme respeto por parte de los británicos. Lo mismo ocurría con los zulúes. Los británicos eran una nación marcial, y veían el concepto del "noble salvaje" como el romance de una época pasada, que ofrecía la estima debida a una aristocracia gobernante, según las reglas de la caballería. Con la derrota de los amaNdebele en 1893 en una guerra que se ha dado en llamar la Guerra Matabele, los agentes de la Compañía Británica de Sudáfrica, al asumir el pleno control administrativo del territorio, establecieron también la norma de convertir en leones a los amaNdebele. Se puso de moda mitificar los nobles orígenes de los amaNdebele, su valor y virtuosismo en la batalla y su incorruptible adhesión al código de guerra espartano.
Este libro relata los conflictos que marcaron los esfuerzos británicos por establecer una colonia en la región, las guerras que se libraron y los resultados.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)