Manifestos
En 1925, Huidobro publicó esta colección de manifiestos para consolidar su posición en la vanguardia frente al floreciente nuevo movimiento surrealista y también como reacción a los ataques de un crítico español en particular, miembro del movimiento ultraísta, que parecía querer establecer la vanguardia española como una fuerza independiente, libre de la influencia de este chileno ruidoso y seguro de sí mismo. El libro apareció el mismo año en que publicó sus dos últimos poemarios en francés, uno de los cuales mostraba influencias dadaístas, y el otro influencias surrealistas.
1925 es, por tanto, un año decisivo para Huidobro, en el que experimenta con nuevos enfoques y también intenta afianzar su posición prominente cuando las mareas artísticas empiezan a cambiar. Seis años más tarde, tras un tiempo en Chile y estancias en Madrid, París y Nueva York (donde había intentado introducirse en el mundo del cine, sin conseguirlo debido a la irrupción del cine sonoro en un momento en que se dedicaba a producir guiones para películas mudas), Huidobro produce sus dos obras maestras, Altazor, escrita -según el autor- entre 1919 y 1930, y Temblor de cielo, escrita en 1928. Las demás poesías escritas en esta época, es decir
entre mediados de los años veinte y mediados de los años treinta, sólo se recogería en dos volúmenes publicados en 1941, pero refuerza aún más la impresión dada por las publicaciones de 1931, de que Huidobro había alcanzado de hecho su madurez tras el aprendizaje parisino. Los manifiestos deben leerse con cierta seriedad, pero quizás también con la lengua bien puesta en la mejilla, sobre todo cuando se encuentran textos abiertamente surrealistas en el mismo volumen que contiene ataques a la validez de ese movimiento.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)