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The Fragile Skin of the World
Ciertos filósofos de la Antigüedad compararon el mundo con un gran animal, pero si el mundo fuera un animal, tendría una piel similar a la que envuelve a cada ser vivo y le da unidad. El mundo no es ni un animal ni una máquina, sino un amasijo interminable cuyo destino no es otro que la vorágine en la que se desliza la idea misma del mundo. El mundo no tiene más piel que la turbulencia que hace historias, costumbres, momentos de grandeza y decadencia. Porque no es una piel, esta extensión del espacio-tiempo es mucho más frágil que las pieles que ya son siempre frágiles, porque aquí todo toca sus extremidades.
El mundo es todo lo que pasa entre nosotros -nosotros mismos y todo lo que nos sucede, todo lo que deviene de nuestros contactos, nuestras miradas, nuestros movimientos; y a través de las referencias de piel a piel, de lo fugaz a lo inmemorial, se alcanza sin saberlo toda la actualidad del mundo: el acto de su existencia. Este acto está hecho de obras y desastres, esplendores, horrores y catástrofes. Mientras sea nuestro, es el acto de una emergencia infinita que es todo el sentido que hay: un sentido que va incesantemente de piel en piel y que nunca está envuelto por nada.
Todos los textos de este volumen están orientados por la preocupación de lo que nos ocurre actualmente -a nosotros, humanoides tardíos- cuando llegamos a un extremo de nuestra historia, ya sea que este extremo resulte ser una etapa, una ruptura o simplemente un último suspiro.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)