Tratados sobre el Evangelio de Juan, 28-54

Título original:

Tractates on the Gospel of John, 28-54

Contenido del libro:

En su predicación, San Agustín desarrolló un estilo oratorio basado en la retórica clásica que había aprendido antes de su conversión y que adaptó a las exigencias únicas de la predicación cristiana. Seguía reconociendo los fines clásicos de la retórica: enseñar, agradar y persuadir. Sin embargo, dio el lugar más importante al contenido: lo que se decía era más importante que cómo se decía. Evitó las figuras retóricas más elaboradas y utilizó un lenguaje más directo para educar a un público que, en gran medida, era analfabeto. El resultado, sin embargo, no es un estilo ciceroniano degradado, sino un método de predicación claro, vivo y adecuado a su propósito.

Del mismo modo que el estilo oratorio de Agustín estaba subordinado a las exigencias de la predicación del Evangelio de Cristo, su método de comentario estaba igualmente influido por su deber como pastor en Hipona de instruir a su rebaño en cuestiones de fe y moral. Su comentario, por tanto, contiene algo más que exégesis. Sus reflexiones sobre la Escritura le llevan a discutir tanto la acción moral como el dogma.

El estilo extemporáneo y la amplitud de intereses de Agustín quedan patentes en los tratados incluidos en este volumen, en los que comenta los capítulos 7-12 del Evangelio de San Juan. Estos capítulos contienen algunos de los episodios más conocidos de la vida de Cristo: el encuentro con la mujer sorprendida en adulterio, la curación del ciego de nacimiento, la resurrección de Lázaro, la unción de los pies de Cristo por María y la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén. Los pasajes también contienen algunas de las enseñanzas más explícitas de Cristo sobre su divinidad. Al desplegar los misterios contenidos en estos capítulos de San Juan, Agustín pasa fácilmente de la exégesis a las reflexiones sobre la virtud moral y la doctrina, especialmente la Trinidad y la Encarnación. Pero nunca pierde de vista a su auditorio. Incluso en sus comentarios sobre las ideas más elevadas, se esfuerza por hacer la enseñanza accesible a todos.

Estos tratados, por tanto, nos ofrecen una visión del hombre que no solemos obtener de sus otras obras. La predicación de Agustín nos muestra no sólo su mente brillante y sus habilidades retóricas al exponer las Escrituras, sino también el gran amor que sentía por Cristo y por los fieles confiados a su cuidado.