On the Creed
Recibid, hijos míos, la Regla de la Fe, que se llama el Símbolo (o Credo). Y cuando la hayáis recibido, escribidla en vuestro corazón, y repetíosla diariamente antes de dormir, antes de salir, armaos con vuestro Credo.
El Credo nadie lo escribe para que pueda ser leído; pero para ensayarlo, no sea que el olvido borre lo que el cuidado ha entregado, que vuestra memoria sea vuestro rollo de registro: lo que vais a oír, eso vais a creer y lo que habréis creído, eso vais a devolver con vuestra lengua. Porque dice el Apóstol: "Con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación". "Pues éste es el Credo que habéis de ensayar y repetir en respuesta.
Estas palabras que habéis oído están en las divinas Escrituras esparcidas de arriba abajo; pero de allí fueron reunidas y reducidas a una, para que la memoria de las personas lentas no se aflija, a fin de que cada uno pueda decir, pueda sostener, lo que cree. Porque ¿habéis oído ahora solamente que Dios es Todopoderoso? Pero empezáis a tenerlo por padre, cuando habéis nacido por la Iglesia como Madre.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)