Puntuación:
Las reseñas indican que «La Ciudad de Dios» de San Agustín es una obra clásica, profunda e intelectualmente estimulante, esencial para comprender el pensamiento y la historia del cristianismo primitivo. Sin embargo, también se la califica de difícil y densa, que requiere un esfuerzo considerable para leerla y comprenderla debido a su lenguaje complejo y su extenso contenido.
Ventajas:El libro ofrece profundos conocimientos teológicos, aporta una perspectiva transformadora del cristianismo primitivo y se considera una obra maestra atemporal esencial para los estudiosos de la Biblia y de la historia de la Iglesia. Muchos críticos alaban la calidad de la traducción y la inclusión de un audiolibro.
Desventajas:El texto se describe como difícil de leer, con un estilo de escritura complejo que puede resultar complicado para los lectores modernos. A algunos les pareció largo y difícil de leer, mientras que otros señalaron que las traducciones anteriores podrían no ser tan accesibles como las más modernas.
(basado en 67 opiniones de lectores)
The City of God
"La mente humana sólo puede comprender la verdad pensando, como se desprende claramente de Agustín".
--San Tomás de Aquino.
San Agustín de Hipona es una de las figuras centrales de la historia del cristianismo, y este libro es una de sus obras teológicas más importantes. Escrito como una elocuente defensa de la fe en una época en que el Imperio Romano estaba al borde del colapso, examina las antiguas religiones paganas de Roma, los argumentos de los filósofos griegos y las revelaciones de la Biblia. Señalando el camino hacia una ciudadanía que trasciende la política mundana y durará eternamente, este libro es uno de los documentos más influyentes en el desarrollo del cristianismo.
La Ciudad de Dios", una de las grandes piedras angulares de la historia del pensamiento cristiano, es vital para comprender la sociedad occidental moderna y cómo surgió. Comenzado en el año 413 d.C., el propósito inicial del libro era refutar la acusación de que el cristianismo era el culpable de la caída de Roma (ocurrida sólo tres años antes). De hecho, Agustín aportó una gran cantidad de pruebas para demostrar que el paganismo llevaba en sí mismo las semillas de su propia destrucción. Sin embargo, a lo largo de los trece años que tardó en completar la obra, el brillante eclesiástico prosiguió con su tema más amplio: una interpretación cósmica de la historia en términos de lucha entre el bien y el mal. Mediante su contraste de las ciudades terrena y celestial -una pagana, egocéntrica y despreciativa de Dios, y la otra devota, centrada en Dios y en busca de la gracia-, Agustín exploró e interpretó la historia humana en relación con la eternidad.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)