Duelling Through the Ages
Dejando a un lado a los gladiadores romanos y a los pistoleros del Salvaje Oeste americano, en el siglo XIX los duelos se habían convertido en dominio exclusivo de la nobleza, los oficiales militares y los caballeros, con reglas añadidas para garantizar que todo se desarrollaba de forma justa y profesional. La palabra "honor" se hizo popular, porque era la razón por la que la mayoría de los hombres retaban a otro a un duelo. Este libro cuestiona esta idea y se pregunta si realmente se trataba de honor, o más bien de arrogancia o posición social.
Con el paso del tiempo, reyes, líderes y gobiernos aprobaron normas, decretos, edictos y leyes que prohibían esta práctica, pero aun así continuó, incluso cuando los duelistas sabían que el castigo por participar en un evento de este tipo podía ser su propia muerte. El último duelo a espada conocido en Francia tuvo lugar en una residencia privada a las afueras de París en 1967 entre dos políticos, Gaston Deferre y René Ribiere. Terminó después de que Ribiere, que iba a casarse al día siguiente, recibiera dos cortes en el brazo por parte de Gaston.
El libro también examina algunas de las formas más cómicas, inusuales y menos esperadas que la gente encontró para llevar a cabo sus duelos, incluyendo lanzarse bolas de billar, batirse en duelo sentados a lomos de elefantes, y dos hombres que decidieron que sus diferencias debían resolverse a media milla de altura en globos aerostáticos.
A pesar de los esfuerzos por acabar con los duelos, las clases altas de la sociedad británica en particular seguían aferradas a la idea de poder defender su honor, por lo que muchos de ellos recurrieron al pugilismo como forma de saciar sus disputas, por ridículas que pudieran parecer hoy en día.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)