Puntuación:
El libro ha sido criticado por su falta de información sustancial sobre la defensa aérea alemana durante la Segunda Guerra Mundial, ya que contiene muchas inexactitudes factuales y presenta un mínimo de novedades. Aunque incluye algunos temas de interés, numerosos errores le restan valor, lo que lleva a muchos lectores a considerarlo una decepción.
Ventajas:Hay algunos contenidos interesantes sobre los cañones Flak alemanes montados en los ferrocarriles y los reflectores y globos de barrera alemanes, que ocupan unas 12 páginas del libro.
Desventajas:El libro contiene información mínima sobre las defensas aéreas alemanas, numerosos errores en hechos y afirmaciones, falta de nuevas perspectivas y, en general, se considera una pérdida de tiempo y dinero. Los problemas de formato, como la letra grande y el excesivo espacio en blanco, contribuyen a la percepción de que el libro carece de sustancia.
(basado en 2 opiniones de lectores)
Hitler's Air Defences
El primer bombardeo aliado sobre Berlín en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial tuvo lugar el 7 de junio de 1940, cuando un avión de la marina francesa lanzó 8 bombas sobre la capital alemana, pero la primera incursión británica sobre suelo alemán tuvo lugar la noche del 10 al 11 de mayo de 1940, cuando aviones de la RAF atacaron Dortmund.
Al principio, la Alemania nazi no había pensado mucho en sus defensas aéreas. Ser atacada en su "propio patio trasero" no era algo que se previera como un problema. Alemania había estado a la ofensiva desde el principio de la guerra y Hitler creía que la Luftwaffe era la fuerza aérea mucho más fuerte.
Además, entre 1939 y 1942, la política de ataques aéreos de los Aliados en suelo alemán consistía en atacar objetivos con una clara finalidad militar, como fábricas de municiones, aeródromos, etcétera. Esto significaba que los militares alemanes podían centrarse en dónde colocar sus baterías antiaéreas y tenían una idea muy clara de cuántas necesitarían.
Sin embargo, las capacidades defensivas alemanas se vieron obligadas a mejorar a medida que las incursiones aliadas sobre pueblos y ciudades aumentaban en tamaño y frecuencia. Se incluyeron aviones de combate como parte de las defensas antiaéreas y las unidades antiaéreas dominaron el arte de mantener a los aviones aliados atacantes a una altura específica. De este modo, les resultaba más difícil identificar sus objetivos específicos y a los cazas alemanes les resultaba más fácil derribarlos antes de que pudieran lanzar sus cargas de bombas.
Con la táctica aliada del "bombardeo de área", las capacidades antiaéreas alemanas se hicieron más difíciles de mantener a medida que aumentaba la demanda. Cuanto más se prolongaba la guerra, junto con el aumento de los bombardeos aliados, en los que a veces participaban más de 1.000 aviones bombarderos, más disminuía el valor y la eficacia de las defensas aéreas alemanas.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)