Los bandidos rebeldes de Tangestán

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Título original:

The Rebel Bandits of Tangestan

Contenido del libro:

El interior de Bushehr, en el Golfo Pérsico -Tangestán, Borazjan, Dashti y otros distritos-, estaba poblado por un pueblo dispar y pobre, en guerra constante entre sí. No sólo los vecinos luchaban y se aprovechaban unos de otros, sino también familiares cercanos, e incluso padres e hijos. Los jefes tradicionales se dedicaban al contrabando, al robo de ganado y ovejas, al asalto de aldeas y caravanas y al acaparamiento de tierras. Se oponían a cualquier injerencia en su autoridad y modo de vida tradicionales, ya fuera por parte del gobierno central o local o de un vecino. No les preocupaba que sus campesinos estuvieran oprimidos, sino que fueran los funcionarios del gobierno quienes los oprimieran, dejando menos botín a los jefes. Si veían alguna ventaja en colaborar con el gobierno, lo hacían, sobre todo cuando eso perjudicaba a sus vecinos, con los que a menudo tenían enemistades de sangre. La regla del juego era que todo podía y debía sacrificarse en beneficio propio. No importaba el coste para los demás.

Tras el establecimiento de un gobierno modernizador en Irán en 1921, éste quiso imponer la ley y el orden, y doblegar a los jefes, que habían sido revoltosos durante siglos y sólo pagaban impuestos bajo amenaza de armas. A partir de 1925, una campaña de desarme intentó recoger las armas durante los meses de invierno e imponer el imperio de la ley. Aunque en 1931 muchos jefes fueron detenidos y desterrados a otras partes de Irán, los pequeños jefes y los bandidos rebeldes se resistieron en todo momento. Para contrarrestar la creciente anarquía, en 1941 los militares permitieron a todos los jefes desterrados regresar a sus distritos tradicionales e intentaron utilizarlos para mantener la ley y el orden. Los jefes retornados utilizaron entonces al ejército para reforzar su propia posición frente a sus rivales y debilitar el control que el gobierno central ejercía sobre su zona. A pesar de las campañas de desarme y pacificación emprendidas por el ejército, a mediados de 1940 los tangestanis, dashtis y dashtestanis seguían siendo una fuente de problemas. Sin embargo, las operaciones militares habían dejado su huella en la zona, ya que en 1950 los jefes de las tres regiones, aunque no carecían de influencia, eran meros terratenientes.

Los bandidos rebeldes de Tangestán es una inmersión profunda en la historia de principios del siglo XX de una región de Irán y el Golfo Pérsico a menudo olvidada. Es un relato fascinante y bien documentado que revela detalles desconocidos que resultarán gratificantes tanto para los estudiosos como para los lectores en general.