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On Exhortation to Chastity
Nadie merece (el favor) aprovechándose de la indulgencia, sino prestando pronta obediencia a la voluntad, (de su señor).
La voluntad de Dios es nuestra santificación, pues desea que su "imagen" --nosotros-- lleguemos a ser igualmente su "semejanza"; que seamos "santos" como Él mismo es "santo". Ese bien -la santificación, quiero decir- lo distribuyo en varias especies, para que en alguna de ellas nos encontremos.
La primera especie es la virginidad desde el nacimiento; la segunda, la virginidad desde el segundo nacimiento, es decir, desde la pila; la cual (segunda virginidad) o bien en el estado matrimonial mantiene (a su sujeto) puro por pacto mutuo, o bien persevera en la viudez por elección: queda un tercer grado, la monogamia, cuando, después de la intercepción de un matrimonio una vez contraído, hay a partir de entonces una renuncia a la conexión sexual. La primera virginidad es (la virginidad) de la felicidad, (y consiste en) la total ignorancia de aquello de lo que después desearás liberarte: la segunda, de la virtud, (y consiste en) despreciar aquel poder del que conoces perfectamente: la especie restante, (la) de no casarse más después de la disyunción del matrimonio por la muerte, además de ser la gloria de la virtud, es (la gloria) también de la moderación; porque la moderación es el no lamentar una cosa que ha sido quitada, y quitada por el Señor Dios, sin cuya voluntad ni una hoja se desliza de un árbol, ni un gorrión del valor de un cuarto de penique cae a la tierra.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)