Sobre el ayuno

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Título original:

On Fasting

Contenido del libro:

Me asombraría de los Psíquicos, si estuvieran embelesados únicamente por la voluptuosidad, que les lleva a repetidos matrimonios, si no estuvieran igualmente rebosantes de gula, que les lleva a odiar los ayunos. La lujuria sin la voracidad se consideraría ciertamente un fenómeno monstruoso; puesto que estas dos están tan unidas y son tan concretas, que, si hubiera habido alguna posibilidad de desunirlas, la pudenda no se habría fijado en el propio vientre antes que en otra parte.

Mira el cuerpo: la región (de estos miembros) es una y la misma. En resumen, el orden de los vicios es proporcional a la disposición de los miembros.

Primero, el vientre; y luego, inmediatamente, los materiales de todas las demás especies de lascivia se colocan subordinados a la delicadeza: a través del amor a la comida, el amor a la impureza encuentra paso. Reconozco, pues, que la fe animal, por su cuidado de la carne (de la que se compone en su totalidad), tan propensa a alimentarse varias veces como a casarse varias veces, acusa merecidamente a la disciplina espiritual, que según su capacidad se opone a ella, también en esta especie de continencia; imponiendo, como lo hace, riendas al apetito, al no tomar, a veces, ninguna comida, o comidas tardías, o comidas secas, lo mismo que a la lujuria, al no permitir más que un solo matrimonio.