Puntuación:
Las reseñas de «On The Modern Cult of the Factish Gods» presentan una perspectiva variada de la obra de Latour. Uno de los críticos lo elogia como una exploración profundamente perspicaz de las imágenes y su papel en la ciencia, el arte y la religión, destacando su legibilidad y profundidad. Por el contrario, el otro lo critica por carecer de una crítica científica rigurosa y basarse en una retórica provocadora más que en pruebas empíricas.
Ventajas:El libro recibe elogios por su estilo de redacción atractivo e ingenioso, sus perspicaces debates sobre el papel de las imágenes en diversos contextos y las desafiantes ideas que presenta sobre la ciencia y la religión. Ofrece valiosas reflexiones para los lectores interesados en navegar por un mundo lleno de imágenes.
Desventajas:Los críticos sostienen que el libro se queda corto a la hora de ofrecer un análisis exhaustivo de los métodos científicos, y que en su lugar se basa en provocaciones retóricas e ideas simplistas. Preocupa la falta de pruebas empíricas y de crítica rigurosa en los argumentos de Latour, lo que lleva a algunos a considerarlo menos sustancial de lo que se esperaba.
(basado en 3 opiniones de lectores)
On the Modern Cult of the Factish Gods
On the Modern Cult of the Factish Gods continúa el proyecto que el influyente antropólogo, filósofo y teórico de los estudios científicos Bruno Latour avanzó en su libro Nunca hemos sido modernos. Allí redescribía la idea ilustrada de la verdad científica universal, argumentando que no hay hechos separables de su fabricación.
En esta concisa obra, Latour profundiza en la «creencia en la creencia ingenua», la sugerencia de que los fetiches -objetos investidos de poderes míticos- son fabricados y que los hechos no lo son. Movilizando su trabajo en antropología de la ciencia, utiliza la noción de «factishes» para explorar una forma de respetar la objetividad de los hechos y el poder de los fetiches sin olvidar que ambos son fabricados. Mientras que el adorador de fetiches sabe perfectamente que los fetiches están fabricados por el hombre, el moderno rompedor de iconos erige inevitablemente nuevos iconos.
Sin embargo, los Modernos no perciben ninguna contradicción en el núcleo de su trabajo. Latour persigue su crítica de la crítica, o la posibilidad de mediar entre el sujeto y el objeto, o lo fabricado y lo real, a través de la noción de «iconoclasia», estableciendo comparaciones productivas entre la práctica científica y el culto a las imágenes visuales y los iconos religiosos.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)