Puntuación:
Nunca hemos sido modernos», de Bruno Latour, es un libro complejo que cuestiona las nociones tradicionales de modernidad y separación entre naturaleza y sociedad. Latour sostiene que la humanidad nunca se ha distanciado realmente de sus raíces premodernas y presenta ideas innovadoras sobre la naturaleza entrelazada de la cultura y la naturaleza a través del concepto de «cuasi-objetos». Mientras que algunos lectores encuentran sus argumentos profundamente perspicaces y dignos de debate, otros critican el libro por su enrevesada redacción y falta de claridad.
Ventajas:⬤ El libro ofrece un análisis interdisciplinar innovador que incita a los lectores a replantearse las categorías filosóficas tradicionales
⬤ proporciona valiosas herramientas para comprender la relación entre naturaleza y sociedad
⬤ muchos lo consideran enriquecedor y gratificante para quienes se interesan por la filosofía, la ciencia y los estudios culturales.
⬤ La redacción es compleja y requiere una gran concentración, por lo que algunos lectores tienen dificultades para seguirlo
⬤ las críticas incluyen argumentos enrevesados, categorizaciones vagas y falta de claridad
⬤ algunos opinan que el libro es pretencioso y no aporta ideas prácticas.
(basado en 27 opiniones de lectores)
We Have Never Been Modern
Con el auge de la ciencia, creemos los modernos, el mundo cambió irrevocablemente, separándonos para siempre de nuestros antepasados primitivos y premodernos. Pero si abandonáramos esta convicción, se pregunta Bruno Latour, ¿cómo sería el mundo? Su libro, una antropología de la ciencia, nos muestra hasta qué punto la modernidad es en realidad una cuestión de fe.
¿Qué significa ser moderno? ¿Qué diferencia hace el método científico? La diferencia, explica Latour, está en nuestras cuidadosas distinciones entre naturaleza y sociedad, entre ser humano y cosa, distinciones que nuestros ignorantes antepasados, en su mundo de alquimia, astrología y frenología, nunca hicieron. Pero junto a esta práctica purificadora que define la modernidad, existe otra aparentemente contraria: la construcción de sistemas que mezclan política, ciencia, tecnología y naturaleza. El debate sobre la capa de ozono es un híbrido de este tipo, según el análisis de Latour, al igual que el calentamiento global, la deforestación o incluso la idea de los agujeros negros.
A medida que proliferan estos híbridos, la perspectiva de mantener la naturaleza y la cultura en cámaras mentales separadas resulta abrumadora; en lugar de intentarlo, sugiere Latour, deberíamos replantearnos nuestras distinciones, repensar la definición y constitución de la propia modernidad. Su libro ofrece una nueva explicación de la ciencia que por fin reconoce las conexiones entre naturaleza y cultura, y por tanto, entre nuestra cultura y otras, pasadas y presentes.
Nada menos que una remodelación de nuestro paisaje mental. Nunca hemos sido modernos difumina las fronteras entre la ciencia, las humanidades y las ciencias sociales para mejorar la comprensión de todas las partes.
Resumen de la obra de uno de los intérpretes más influyentes y provocadores de la ciencia, su objetivo es salvar lo que hay de bueno y valioso en la modernidad y sustituir el resto por un sentido más amplio, justo y fino de la posibilidad.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)