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Esta es la historia de la lucha desesperada de un hombre por permanecer en la vida de su hija y conservar el derecho a ser su padre. Comenzó como una división de su cónyuge y evolucionó hasta convertirse en una guerra a gran escala llena de acusaciones falsas. Al instante se convirtió en la víctima. Hubo muchos intentos de apartar de él el amor y el afecto de la niña. En varias ocasiones se encontró reparando y reconstruyendo su relación con el niño. Si no se gestionaba correctamente, sabía que esta separación tan conflictiva entre papá y mamá confundiría y perjudicaría a su hija.
Se le acusó de ser una amenaza para su hija, un acosador, un drogadicto y un alcohólico y de poner en peligro a la madre. Estas declaraciones le convertían automáticamente en culpable y ahora él era el centro de esta situación. Simples observaciones e investigaciones, un gran rastro de papeles, una investigación exhaustiva y negarse a renunciar a su hija se convirtieron en los componentes clave para desarrollar un plan que demostrara su inocencia. A medida que se acumulaban las pruebas, se fue dando cuenta de lo que había que hacer para construir una defensa sólida y lograr la victoria.
Cuando una pareja se une para convertirse en uno solo y les nace un bebé, se producen grandes cambios en beneficio del pequeño. Tanto si siguen juntos como si no, este pequeño tendrá a ese padre y a esa madre para el resto de su vida. Es muy importante que todo niño sepa que tiene dos padres. Nunca se debe interferir en la capacidad de vincularse con ambos o los resultados finales serán perjudiciales. Todo el mundo tiene un papá y una mamá. No es justo ni bueno quitarle a un niño lo que naturalmente le pertenece. Por el bien de los niños, estos adultos deben comportarse civilizadamente entre ellos y seguir siendo amables, independientemente de lo que prefieran hacer. La animosidad debe dejar de existir entre los padres en todo momento mientras sus hijos estén presentes. Como una grabadora, recordarán lo que se dice del otro progenitor.
Si un hombre y una mujer se separan, nunca se debe negar a los niños el amor de sus padres. Esta acción de desatender no se refiere a un género concreto. Apunta a quien consciente o inconscientemente crea daño obstruyendo la conexión entre el niño y el otro progenitor. A veces se utiliza a los hijos como armas de alto poder para devastar a quien se aparta del acuerdo. Tras la ruptura, la mitad que no tiene la custodia quiere implicarse con el niño, pero sus esfuerzos se ven disuadidos u obstaculizados. Sin justificación, interrumpir la unión de un niño y el otro progenitor es una injusticia para ambos.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)