Puntuación:
La novela de Dostoievski explora el tema del nihilismo en la Rusia prerrevolucionaria, con personajes complejos y una profunda narrativa psicológica. Aunque muchos críticos elogiaron su brillantez literaria y su relevancia, los problemas de algunas ediciones, en particular las erratas y omisiones, provocaron frustración entre los lectores.
Ventajas:La novela se considera una brillante exploración de la psicología humana y los problemas sociales, con personajes complejos y temas significativos. Muchos lectores la encontraron atractiva y sugerente, y apreciaron la perspicacia de Dostoievski sobre la condición humana y el clima político de la Rusia del siglo XIX.
Desventajas:Varias ediciones, en particular la versión gratuita para Kindle, contienen numerosas erratas y omiten capítulos importantes, lo que reduce la legibilidad. A algunos lectores les resultó difícil seguir la narración, sobre todo por lo extenso del relato y la multitud de personajes. También se critica a las traducciones más antiguas por ser anticuadas en comparación con las interpretaciones modernas.
(basado en 46 opiniones de lectores)
The Possessed (The Devils)
Al emprender la descripción de los recientes y extraños incidentes ocurridos en nuestra ciudad, hasta hace poco envueltos en una oscuridad sin incidentes, me veo obligado, por falta de habilidad literaria, a comenzar mi historia bastante atrás, es decir, con ciertos detalles biográficos relativos a ese caballero de talento y gran estima, Stepán Trofimovitch Verhovensky. Confío en que estos detalles sirvan al menos de introducción, mientras que mi historia proyectada vendrá más adelante.
Diré en seguida que Stepán Trofimovitch había desempeñado siempre entre nosotros un papel especial, el del patriota progresista, por así decirlo, y que le gustaba apasionadamente representar ese papel, hasta el punto de que creo realmente que no habría podido existir sin él. No es que lo ponga a la altura de un actor de teatro, Dios no lo quiera, porque realmente le tengo respeto. Todo esto puede haber sido el efecto de la costumbre, o más exactamente, de una generosa propensión que tenía desde su más tierna infancia a entregarse a un agradable ensueño en el que figuraba como un pintoresco personaje público.
Amaba, por ejemplo, su condición de «perseguido» y, por así decirlo, de «exiliado». Hay una especie de glamour tradicional en esas dos pequeñas palabras que le fascinaron de una vez por todas y, exaltándole gradualmente en su propia opinión, le elevaron con el paso de los años a un elevado pedestal muy gratificante para la vanidad.
En una sátira inglesa del siglo pasado, Gulliver, de regreso del país de los liliputienses, donde la gente sólo medía tres o cuatro pulgadas de alto, se había acostumbrado tanto a considerarse un gigante entre ellos que, mientras caminaba por las calles de Londres, no podía evitar gritar a los cocheros y transeúntes que tuvieran cuidado y se apartaran de su camino por miedo a que los aplastara, imaginando que ellos eran pequeños y él seguía siendo un gigante. Se rieron de él y le maltrataron por ello, y los rudos cocheros llegaron a azotar al gigante con sus látigos.
Pero, ¿era justo? ¿Qué no puede hacer la costumbre? La costumbre había llevado a Stepán Trofimovitch casi a la misma situación, pero de una forma más inocente e inofensiva, si se pueden utilizar tales expresiones, pues era un hombre excelente.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)