Puntuación:
El libro ofrece una perspectiva erudita y refrescante sobre el Imperio bizantino, cuestionando las opiniones tradicionales sobre su estructura política y el poder absoluto del emperador. Kaldellis sostiene que existía un cierto grado de republicanismo en el sistema político bizantino y que los emperadores dependían de la buena voluntad del pueblo, contrariamente a la creencia de que eran gobernantes designados divinamente. Aunque el libro está repleto de profundas ideas y es recomendable para los interesados en la historia bizantina, destaca por su estilo académico, que puede resultar difícil para los lectores ocasionales.
Ventajas:⬤ Ofrece una perspectiva erudita y fresca de la política bizantina.
⬤ Desafía las visiones tradicionales del poder del emperador.
⬤ Tesis atractiva que incluye ejemplos de la influencia popular sobre los gobernantes.
⬤ Hace reflexionar y revela la continuidad romana del Imperio bizantino.
⬤ Autor bien informado que presenta una sólida comprensión de la política bizantina.
⬤ El estilo académico puede resultar difícil para lectores ocasionales o historiadores de salón.
⬤ Los capítulos iniciales son particularmente difíciles de leer.
⬤ Algunos lectores consideran que el título es engañoso al mantener el término «bizantino», que en su opinión no refleja plenamente la identidad del imperio.
(basado en 9 opiniones de lectores)
The Byzantine Republic: People and Power in New Rome
Aunque Bizancio es conocido en la historia como el Imperio Romano de Oriente, los estudiosos han afirmado durante mucho tiempo que esta teocracia greco-cristiana tenía poco parecido con Roma.
Aquí, en un modelo revolucionario de la política y la sociedad bizantinas, Anthony Kaldellis vuelve a conectar Bizancio con sus raíces romanas, argumentando que entre los siglos V y XII de nuestra era el Imperio Romano de Oriente fue esencialmente una república, con un poder ejercido en nombre del pueblo y a veces también por él. La República Bizantina recupera para el registro histórico un Bizancio menos autocrático y más populista, cuyos ciudadanos de habla griega se consideraban tan plenamente romanos como sus "antepasados" de habla latina.
Kaldellis demuestra que la idea de Bizancio como una rígida teocracia imperial es una construcción engañosa de los historiadores occidentales desde la Ilustración. Con las proclamaciones de la corte revestidas a menudo de retórica cristiana, la noción de realeza divina surgió como una forma de disfrazar la vulnerabilidad inherente a cada régimen. La legitimidad de los emperadores no se basaba en un derecho absoluto al trono, sino en la popularidad de cada uno de ellos, cuyo control del poder era tenue a pesar de la estabilidad de la propia institución imperial.
Kaldellis examina el olvidado concepto bizantino de entidad política, junto con la compleja relación de los emperadores con la ley y las formas en que reforzaban su aceptación popular y evitaban los desafíos. Las rebeliones que periódicamente sacudían el imperio no eran aberraciones, demuestra, sino una parte esencial del funcionamiento de la monarquía republicana.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)