Un salario justo: Acabar con el salario mínimo en Estados Unidos

Título original:

One Fair Wage: Ending Subminimum Pay in America

Contenido del libro:

Del autor del aclamado Tras la puerta de la cocina, un impactante examen de cómo el salario mínimo y el sistema de propinas explotan a los más vulnerables de la sociedad.

"Nadie ha hecho más por impulsar los derechos de los trabajadores de la alimentación y la restauración que Saru Jayaraman". --Mark Bittman, autor de The Kitchen Matrix y A Bone to Pick.

Antes de que la pandemia del COVID-19 devastara el país, más de seis millones de personas se ganaban la vida como trabajadores con propinas en el sector servicios. Nos servían en cafeterías y restaurantes, nos llevaban la comida a casa, nos llevaban en coche a donde quisiéramos ir y trabajaban en salones de manicura por tan sólo 2,13 dólares la hora -el salario mínimo federal por propina desde 1991-, lo que les dejaba prácticamente sin nada para subsistir.

Como era de esperar, estas trabajadoras se encontraban entre las más vulnerables durante la pandemia. Cuando las empresas de todo el país cerraron o redujeron drásticamente sus servicios, cientos de miles perdieron sus empleos. Como en muchos otros ámbitos, la pandemia puso de manifiesto las insuficiencias de la red de seguridad social y las normas de salario mínimo del país.

Saru Jayaraman, una de las "Influyentes" de la ciudad de Nueva York según la revista New York, una de las Mujeres Visionarias de la CNN en 2014 y Campeona del Cambio de la Casa Blanca en 2014, es una activista de la restauración aclamada en todo el país y autora del bestseller Behind the Kitchen Door. En su nuevo libro, One Fair Wage, Jayaraman arroja luz sobre estos trabajadores, ilustrando cómo las personas que quedan fuera de la lucha por un salario mínimo justo son las más marginadas de la sociedad: personas de color, muchas de ellas inmigrantes; mujeres, que constituyen la mayoría de los trabajadores con propinas; trabajadores discapacitados; trabajadores encarcelados; y jóvenes trabajadores. Son la personificación de la dirección de toda nuestra economía, y reflejan la precariedad y la inestabilidad que son cada vez más la suerte del trabajo estadounidense.