Puntuación:
Las reseñas de Collingwood's Principles of Art revelan una considerable frustración con la edición de Case Press, principalmente debido a su naturaleza engañosa como versión muy abreviada de la obra original. Aunque se alaba el contenido y las ideas filosóficas de Collingwood, muchos críticos destacan las inexactitudes de la publicidad y los contenidos que faltan en esta edición, lo que provoca la insatisfacción de los lectores que esperaban el texto completo.
Ventajas:La obra de Collingwood es aclamada como un clásico de la filosofía del arte, con interesantes reflexiones sobre la naturaleza del arte, la emoción y la expresión. Muchos críticos aprecian su análisis profundo y su pensamiento sistemático, así como la claridad y la prosa atractiva de algunas partes del contenido original. Algunos lectores encontraron valor en los extractos seleccionados sobre el papel del público en el arte.
Desventajas:La edición de Case Press ha sido muy criticada por ser una versión engañosa e incompleta del libro original, ya que sólo consta de unas 18-20 páginas en lugar de las 350 completas. Los críticos señalaron la falta de un índice, la ausencia de capítulos y la ausencia de datos sobre la publicación original. La letra pequeña y la presentación general contribuyeron a una experiencia negativa, y muchos usuarios se sintieron estafados o engañados.
(basado en 39 opiniones de lectores)
The Principles of Art
2014 Reimpresión de la edición de 1938. Facsímil completo de la edición original, no reproducido con software de reconocimiento óptico.
R. G. Collingwood (1889-1943) fue principalmente un filósofo general y un filósofo de la historia, y consideraba su trabajo en estética -su principal obra es "Los principios del arte" (1938)- como secundario.
Sin embargo, su obra sobre estética ha gozado de un número persistente de lectores que continúa en la actualidad. En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial fue probablemente el esteticista más leído e influyente que ha escrito en inglés desde Addison, Hutcheson y Hume (sin contar a Ruskin como esteticista), y a día de hoy sigue abriéndose camino en las antologías como principal defensor de la teoría expresiva del arte.
En el campo de la filosofía de la historia, Collingwood sostuvo la famosa doctrina de la "Recreación": puesto que el tema son los seres humanos en acción, el historiador no puede lograr la comprensión describiendo lo sucedido desde un punto de vista externo, sino que debe suscitar en la propia mente del lector los pensamientos que tenían lugar en los principales actores implicados en los acontecimientos históricos. Del mismo modo, el procedimiento estético es aquel por el que el artista y el espectador llegan conjuntamente a darse cuenta, a conocer, determinados estados mentales.
El arte es fundamentalmente expresión. Collingwood veía dos obstáculos principales para su comprensión y aceptación general: En primer lugar, la palabra "arte" ha adquirido subrepticiamente múltiples significados entre la gente corriente que deben ser desentrañados; en segundo lugar, se necesita una teoría filosófica del fenómeno de la expresión para demostrar que es una parte esencial de la vida de la mente, no sólo una actividad especial a la que se dedican los poetas.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)