Puntuación:
El libro ofrece una reflexiva exploración de la escritura histórica, haciendo hincapié en los aspectos filosóficos de la historia y en la importancia de comprender los pensamientos humanos y las intenciones que se esconden tras los acontecimientos históricos. Aunque es elogiado por su claridad y profundidad, algunos lectores lo encuentran esotérico y desafiante.
Ventajas:⬤ Proporciona una perspectiva única de la historia como disciplina reflexiva e interpretativa.
⬤ Articula con claridad ideas complejas de forma comprensible.
⬤ Inspira a los lectores a replantearse su comprensión de la historia y fomenta el compromiso con la metodología histórica.
⬤ Aborda la importancia de las intenciones y pensamientos humanos en las narraciones históricas.
⬤ Bien documentado y enriquecedor para los interesados en la filosofía y la historia.
⬤ Puede resultar excesivamente complejo y esotérico para lectores ocasionales.
⬤ Algunas partes narrativas pueden parecer incompletas o poco refinadas, sobre todo hacia el final del libro.
⬤ La profundidad filosófica puede requerir mucho tiempo y esfuerzo para comprenderla en su totalidad.
⬤ Los críticos sostienen que el enfoque del autor hacia la comprensión del pensamiento histórico puede pasar por alto las complejidades del comportamiento humano y las diferencias culturales.
(basado en 38 opiniones de lectores)
The Idea of History [1946 Edition]
La idea de la historia (1946) es un libro de filosofía que explora la naturaleza de la historia y la interpretación que de ella hace el historiador. Escrito por el historiador, arqueólogo y filósofo inglés R. G. Collingwood, la obra anima a los estudiantes de historia a ir más allá de los acontecimientos para adentrarse en las motivaciones de los propios actores.
R. G. Collingwood (n. 1889, m. 1943) era hijo de padre artista/arqueólogo y madre artista/pianista. Mostrando aptitudes para los clásicos y la historia desde una edad temprana, fue reconocido en la escuela en Moderación Clásica (que representa la fluidez en griego y latín), así como en historia antigua y filosofía.
Pronto entró en el mundo académico y pasó toda su vida profesional en Oxford. De hecho, fue elegido miembro del Pembroke College de Oxford antes incluso de graduarse en el University College. Más tarde, fue catedrático Waynflete de Filosofía Metafísica en el Magdalen College de Oxford.
Aunque su labor docente se centró en la filosofía, también fue un conocido arqueólogo, que pasaba sus vacaciones escolares en excavaciones como la del Muro de Adriano y escribía artículos y libros académicos. Entre sus obras destacan The Archaeology of Roman Britain (1930) y Roman Britain and the English Settlements, el primer volumen de la Oxford History of England (1936). Collingwood fue considerado en vida la principal autoridad en Gran Bretaña romana.
Collingwood falleció en 1943, tras sufrir varios derrames cerebrales. En los años siguientes, su alumno T. M. Knox recopiló una serie de conferencias de Collingwood, escritas principalmente en 1936, y las publicó como La idea de la Historia en 1946.
El libro está dividido en cinco partes, que abarcan visiones de la historia desde Heródoto en la época grecorromana hasta el advenimiento y ascenso del cristianismo, la Ilustración y el siglo XIX. Collingwood consideraba la historia una ciencia de los asuntos humanos mezclada con la psicología. Sostiene que, para comprender el pasado, el historiador debe utilizar su "imaginación histórica" para recrear el proceso de pensamiento de los actores. Reviviendo el pasado en su propia mente, el historiador puede descubrir las pautas y dinámicas significativas de civilizaciones anteriores.
Desde el humanismo de la época grecorromana, pasando por la visión teocéntrica de la Edad Media, hasta la confianza en la ciencia y una cosmovisión más "madura" en la Ilustración y épocas posteriores, Collingwood explora cómo veían la historia los historiadores y filósofos de cada época, y cómo sus cosmovisiones influían en sus propias percepciones del pasado. Según Collingwood, los hechos históricos sólo pueden interpretarse a través de la mente del historiador.
Al sumergirnos en la mentalidad de los actores de la historia, podemos repensar el pasado con una mejor comprensión de los pensamientos y motivaciones que guiaron sus acciones. Mediante el desarrollo de esta conciencia histórica, podemos comprender tanto el pasado como nuestro lugar en el mundo actual. Pero debemos tener cuidado de no imponer nuestros propios valores y creencias a estos actores del pasado, sesgando sus pensamientos con los nuestros. De lo contrario, se producirían narraciones históricas de "tijera y pega", en las que las fuentes sólo son creíbles si se adaptan a la mentalidad del historiador.
Aunque las opiniones expresadas en La idea de la Historia no son compartidas por todos los historiadores, la obra constituye, no obstante, una importante contribución a la filosofía histórica. Sus ideas ocuparon un lugar central en el debate histórico durante las décadas de 1950 y 1960, y se han escrito libros para apoyar o refutar su filosofía de la historia. Ha influido en muchos grandes pensadores a lo largo de la segunda mitad del siglo XX y hasta el presente.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)