Joyce's Finnegans Wake: The Curse of Kabbalah Volume 6
Este sexto volumen de una serie continúa el innovador análisis palabra por palabra de Finnegans Wake, de James Joyce, realizado por este autor no académico. Este volumen abarca todo el extenso capítulo 2. 3 con la intención de explorar sus 80 páginas como un objeto de arte. Partiendo del último capítulo sobre los niños, el papel desempeñado en el caso de los niños por unos padres dominantes es asumido por fuerzas imperialistas en el caso de los adultos. Los imperialistas consumen los espíritus débiles de los adultos diciéndoles lo que tienen que hacer. Los niños analfabetos se convierten en adultos pasivos/agresivos bajo la dirección de los imperialistas. Son los "cabezas de cartel" de este capítulo. Los espíritus imperialistas en este capítulo van desde la iglesia que te permite experimentar la alegría de las relaciones sexuales sólo en el arnés del estado debidamente casado, al estado que te ordena matar a otros humanos, a tus clientes cuyos deseos debes apaciguar para hacer negocios y a tu inconsciente colectivo que alberga los boletines colectivos registrados en la experiencia humana. Todos estos usurpadores se despliegan para limitar tu libre albedrío y decirte lo que tienes que hacer. Hablan a tu oído externo para sofocar la voz de tu oído interno. En términos de la teología de la ICR relacionada con el espíritu humano, el Espíritu Santo es, al menos teóricamente, la fuente de la mutualidad y se supone que infunde el espíritu de la mutualidad divina padre-hijo unido en nuestras relaciones humanas.
Pero ese espíritu, desde Pentecostés, ha sido encerrado y administrado exclusivamente por la iglesia a través de sus sacramentos. En la teología de Joyce, un Espíritu Santo pasivo secuestrado en la iglesia sí registra la relación en la trinidad de padre e hijo, pero esa relación no es caridad sino dominación del padre sobre el hijo. Joyce ve esta dominación del padre en la temerosa reticencia de Cristo en el huerto de Getsemaní. En este capítulo, las tres principales víctimas convertidas en pasivos por los espíritus imperialistas son el Capitán en el cuento del Capitán Noruego, Buckley en el cuento de Buckley y el General Ruso, y Earwicker en su propia taberna. Los temas de la pasividad son el sexo, la guerra y ganarse la vida. En el trasfondo, como siempre en Joyce, está la pasividad de Eva y Adán en el Jardín, una pasividad que dejó entrar al agresivo dios TZTZ en sus espíritus en forma de miedo y dependencia y que quedó grabada en el inconsciente colectivo. El escenario de este capítulo sobre el espíritu humano es la venta de bebidas alcohólicas por parte de Earwicker en su pub, acertadamente bautizado como "House of Call". Mientras la "cerveza negra" fluye en los vasos y las monedas caen en la caja, este capítulo se centra en qué más vende el propietario Earwicker a los clientes que la consumen. Y ese qué más es su propia cerveza negra, su propio espíritu. Aunque sea el propietario, ya no es dueño de sí mismo. Acepta sus "encargos" y luego toma sus órdenes.
El público de este pub es exclusivamente masculino. Y en la medida en que el alcohol es el que habla, cuando estos hombres hacen y dicen lo que quieren, escuchan las mismas viejas historias y bromean en lugar de hablar entre ellos. No hay unión ni comunión ni conversación que promueva la reciprocidad. Los pasivos/agresivos se gritan pero no se comunican, siendo la comunicación la red basada en la mutualidad del Espíritu Santo. En un juego de palabras que conecta gran parte de este capítulo, los "cuelgues" psicosexuales juveniles se convierten en "cuelgues" de tipo telefónico en la comunicación y mutualidad adultas.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)