El domingo de la vida

Opiniones de los lectores

Las reseñas destacan «El domingo de la vida» como una novela profunda y a la vez humorística de Raymond Queneau que combina el juego lingüístico con profundas indagaciones filosóficas sobre la humanidad y la existencia, encarnadas en el personaje de Valentin Bru. Capta la esencia de la vida a través de un estilo narrativo único, al tiempo que reflexiona sobre la naturaleza del tiempo y la conciencia.

El libro es elogiado por su conmoción, profundidad y destreza técnica en el lenguaje. También se elogia la capacidad de Queneau para combinar el humor con temas filosóficos serios, así como sus personajes simpáticos y cercanos. Los lectores aprecian la doble capacidad de la novela para ofrecer tanto un mundo envolvente como una reflexión sobre la naturaleza de la creación literaria.

Algunos lectores pueden encontrar confusos o inaccesibles los aspectos filosóficos y las conexiones con Hegel, sobre todo si no están familiarizados con sus ideas. Además, la trama, aparentemente intrascendente, puede no gustar a todo el mundo, ya que a veces puede parecer trivial.

(basado en 3 opiniones de lectores)

Título original:

The Sunday of Life

Contenido del libro:

El domingo de la vida (Le Dimanche de la vie), la décima novela del difunto Raymond Queneau, fue publicada por primera vez en francés por Gallimard en 1951 y ahora aparece por primera vez en este país, en una traducción de Barbara Wright.

Todos los críticos coinciden en que tanto ésta como la posterior Zazie dans le métro (1959) muestran a Queneau en su faceta más alegre y divertida, y no es de extrañar que ambas novelas hayan sido llevadas al cine con gran éxito. Pero como siempre ocurre con Queneau, bajo los aparentes absurdos de la trama y las torpezas de sus personajes más bien ordinarios, hay una precisión de estructura y propósito que, irónicamente, sitúa la obra de este novelista de la nueva ola en la tradición del roman philosophique del siglo XVIII.

En el ingenuo ex soldado Valentin Bru, figura central de El domingo de la vida, Queneau ha creado esa rareza de la ficción moderna que es el ingenuo hegeliano. Muy consciente de sí mismo, pero razonablemente satisfecho con su suerte, imbuido del buen humor inherente a los sabios por naturaleza, Valentin se enfrenta al doloroso sinsentido de las aventuras de la vida con un desapego ligeramente desconcertado. Como escribe acertadamente Barbara Wright: «Aunque El domingo de la vida está ambientada en uno de los periodos más traumáticos de los últimos tiempos --1936-40, los oscuros años que condujeron a la Segunda Guerra Mundial y que incluyeron la caída de Francia...

consigue, sin embargo, ser una de las novelas más felices, soleadas y sin fecha de Queneau: trasciende con creces cualquier cosa parecida a una mera crónica de tiempos. »