En su día, Gran Bretaña estaba repleta de fabricantes de aviones. Las semillas de muchos de ellos se sembraron cuando la demanda de aviones se aceleró tras el estallido de la Primera Guerra Mundial.
Sin embargo, no todos sobrevivieron después de la guerra y, aunque Supermarine consiguió mantenerse en pie por los pelos, lo cierto es que no se asentó en un negocio rentable de fabricación de aviones hasta mediados o finales de la década de 1920. Sin embargo, con la genial mente de Reginald Joseph Mitchell a bordo, la empresa no podía equivocarse, y los colosales pedidos recibidos para el producto más famoso de la empresa, el Spitfire, situaron a Supermarine en un rumbo firme tras la guerra que, una vez más, fue un periodo en el que otras empresas se quedaron por el camino. El Spitfire no fue el único éxito de la empresa; el bote volador Southampton marcó la pauta en la década de 1920, al igual que el Walrus en la década de 1930.
Luego llegó el Seafire, que se mantuvo en producción durante diez años y terminó su carrera en Corea. Con más de 130 imágenes, esta nueva edición en libro de Aeroplane's Supermarine Company Profile 1913-1963 ofrece una visión de los aviones producidos por Supermarine, incluidos aquellos que no alcanzaron el éxito.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)