Puntuación:
Las reseñas de «Sexo y laicismo», de Joan Scott, suscitan fuertes reacciones, y algunos lectores expresan una profunda decepción. Los críticos sostienen que Scott opone erróneamente el laicismo al islam e ignora el papel de otras religiones. Existe la impresión de que sus argumentos crean una dicotomía simplista, que podría reforzar opiniones polarizadas en lugar de fomentar un debate matizado sobre el laicismo y los derechos de la mujer. Un crítico señala una tesis inusual que vincula la desigualdad de género con la separación de la Iglesia y el Estado, pero considera que el razonamiento es poco convincente a pesar de las extensas referencias. El libro parece resultar atractivo para determinados grupos ideológicos, pero puede no ser del agrado de quienes buscan un análisis equilibrado y exhaustivo.
Ventajas:El libro ofrece un gran número de referencias y se sumerge en el análisis histórico de la relación entre religión y género. Algunos lectores aprecian el intento de cuestionar las nociones predominantes de laicismo desde una perspectiva religiosa, en particular desde el punto de vista musulmán.
Desventajas:Los detractores consideran que los argumentos presentados son miopes y excesivamente simplistas, sobre todo en la forma en que se aborda el laicismo en relación con el islam mientras se ignoran otras religiones. La percepción de una postura regresiva sobre los derechos de la mujer y la posibilidad de reforzar puntos de vista polarizadores son desventajas significativas. En conjunto, el libro no disipa de forma convincente las tensiones entre laicismo y creencias religiosas.
(basado en 2 opiniones de lectores)
Sex and Secularism
Cómo se construye la desigualdad de género en la concepción de los estados-nación seculares modernos. Los aclamados escritos de Joan Wallach Scott han sido fundamentales para el campo de la historia del género.
Con Sex and Secularism, cuestiona una de las afirmaciones centrales de la polémica del "choque de civilizaciones": que el laicismo garantiza la igualdad de género. Basándose en una gran cantidad de estudios, Scott demuestra que la igualdad de género invocada hoy como un principio perdurable no estaba asociada originalmente con el término "laicismo" cuando entró por primera vez en el léxico del siglo XIX.
De hecho, la desigualdad de los sexos era fundamental para la separación de la Iglesia y el Estado que inauguró la modernidad occidental. Scott revela cómo la afirmación de que el laicismo ha sido sinónimo de igualdad entre los sexos ha desviado nuestra atención de las dificultades relacionadas con la diferencia de género, dificultades que comparten tanto las culturas occidentales como las no occidentales.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)