Puntuación:
El libro contiene impactantes y bellas fotografías de Sebastiao Salgado, sobre todo retratos de niños. Es muy apreciado por los aficionados a la fotografía y los coleccionistas, y muchos lo consideran imprescindible. Sin embargo, se han señalado algunos problemas con el estado físico del libro en el momento de la entrega.
Ventajas:Publicación de gran calidad, fotografías excepcionales e impactantes, especialmente de niños, imprescindible para los aficionados a la fotografía en blanco y negro, fuerte impacto emocional y, en general, buena acogida en varios idiomas.
Desventajas:En algunos ejemplares se han observado defectos como cubiertas dañadas o falta de elementos en el momento de la entrega.
(basado en 13 opiniones de lectores)
Sebastio Salgado. Children
En toda situación de crisis, los niños son las mayores víctimas. Físicamente débiles, suelen ser los primeros en sucumbir al hambre, las enfermedades y la deshidratación. Inocentes al funcionamiento y los fallos del mundo, son incapaces de entender por qué hay peligro, por qué hay gente que quiere hacerles daño o por qué deben marcharse, quizá de repente, y abandonar sus escuelas, sus amigos y su hogar.
En esta serie que acompaña a Éxodo, Sebasti o Salgado presenta 90 retratos de los exiliados, emigrantes y refugiados más jóvenes. Sus retratados proceden de distintos países, son víctimas de distintas crisis, pero todos están en movimiento y tienen menos de 15 años. A través de su extenso proyecto sobre refugiados, lo que impresionó a Salgado de estos niños y niñas no fue sólo la inocencia implícita en su sufrimiento, sino también sus radiantes reservas de energía y entusiasmo, incluso en las circunstancias más miserables. Desde los refugios de carretera de Angola y Burundi hasta los barrios marginales de Brasil y los extensos campos de Líbano e Iraq, los niños seguían siendo niños: reían tanto como lloraban, jugaban al fútbol, chapoteaban en el agua sucia, hacían travesuras con sus amigos y se mostraban extasiados ante la perspectiva de ser fotografiados.
Para Salgado, la exuberancia presentaba una curiosa paradoja. ¿Cómo puede un niño sonriente representar circunstancias de privación y desesperación? Sin embargo, se dio cuenta de que, cuando pedía a los niños que se pusieran en fila y los retrataba uno a uno, la alegría del grupo se desvanecía. Cara a cara con su cámara, cada niño se ponía mucho más serio. No le miraban como parte de una multitud ruidosa, sino como individuos. Sus poses se vuelven serias. Miran al objetivo con una intensidad repentina, como si hicieran un balance de sí mismos y de su situación. Y en la expresión de sus ojos, o en el nervioso movimiento de sus pequeñas manos, o en la forma en que la ropa deshilachada colgaba de unas monturas dolorosamente delgadas, Salgado descubrió que tenía una cartera de refugiados que merecía un foro propio.
Las fotografías no pretenden hacer una declaración sobre los sentimientos de sus protagonistas, ni explicar en detalle sus carencias en materia de salud, educación y vivienda. Más bien, la colección permite que 90 niños miren al espectador con toda la franqueza de la juventud y toda la incertidumbre de su futuro. Hermosos, orgullosos, pensativos y tristes, se presentan ante la cámara por un momento de sus vidas, pero plantean preguntas que les perseguirán durante años. ¿Se quedarán en el exilio? ¿Conocerán siempre a un enemigo? ¿Crecerán para perdonar o para vengarse? ¿Crecerán del todo?
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)