Puntuación:
Sabores medievales ofrece una exhaustiva exploración histórica de la cocina medieval, desmontando conceptos erróneos comunes y proporcionando información perspicaz sobre la evolución de la alimentación durante ese periodo. El libro está bien documentado, por lo que resulta esencial para los interesados en la gastronomía y la época medieval, pero puede plantear dificultades a los lectores ocasionales debido a su lenguaje académico.
Ventajas:⬤ Bien documentado y exhaustivo
⬤ ofrece perspectivas históricas perspicaces sobre la cocina medieval
⬤ esencial para los interesados en la gastronomía
⬤ atractivo para los lectores interesados en la relación entre la comida y la historia.
⬤ No es un libro de cocina
⬤ el lenguaje académico puede resultar engorroso para los lectores ocasionales
⬤ los problemas de traducción pueden afectar a la accesibilidad
⬤ algunas secciones parecen traducciones literales en lugar de textos de conversación.
(basado en 3 opiniones de lectores)
Medieval Tastes: Food, Cooking, and the Table
En su nueva historia de la alimentación, el aclamado historiador Massimo Montanari rastrea el desarrollo de los gustos medievales -tanto culinarios como culturales- desde las materias primas hasta el mercado y capta sus reflejos en las tendencias alimentarias actuales. Vinculando los ingredientes de la evolución de nuestra dieta al crecimiento de la civilización humana, sumerge a los lectores en los apasionados debates y las audaces invenciones que transformaron la comida de un simple alimento básico en un potente factor de salud y un símbolo de posición social e ideológica.
Montanari regresa a la prestigiosa facultad de medicina de Salerno, la "madre de todas las facultades de medicina", para trazar la teoría de la alimentación que tomó forma en el siglo XII. Repasa la influencia de las rutas de las especias de Oriente Próximo, que introdujeron nuevos sabores y técnicas culinarias en las cocinas europeas, y lee los primeros libros de cocina de Europa, que tomaban ejemplo de las antiguas prácticas romanas que valoraban el artificio y la mezcla de sabores. La mayoría de los platos eran bajos en grasa y las carnes y pescados se condimentaban con vinagre, zumos de cítricos y vino.
Destaca otros platos, hábitos y batallas que reflejan la identidad culinaria contemporánea, como el refinamiento de la pasta, la polenta, el pan y otros alimentos a base de harina; la transición a utensilios de cocina más avanzados y a utensilios de comedor más formales; la controversia sobre cocinar con aceite, manteca o mantequilla; los regímenes dietéticos; y el consumo y el significado cultural del agua y el vino. Montanari muestra que, a medida que la gente fue adquiriendo conciencia de su condición física, su individualidad y su lugar en el cosmos, adoptó una nueva actitud hacia la comida, invirtiendo tanto en su placer y sus posibilidades como en su adquisición.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)