S/Z A European Manifesto
Este libro comienza con una provocación de Slavoj Žižek a separarnos del cadáver en descomposición de la vieja Europa para mantener vivo el legado europeo. No se trata de un mero intento de seleccionar lo bueno en lugar de lo malo, sino de un argumento de que la principal razón para seguir llamándose Europa, para mantener cierta fe en Europa, es el hecho de que el legado europeo proporciona los mejores instrumentos críticos para analizar lo que ha ido mal, lo que ha estado yendo mal, en Europa. No es otra cosa que un reto para nosotros imaginar, tal vez incluso concebir -dar a luz en el sentido preciso de manifestar- la posibilidad de una Europa que actúe de forma global y no centrada en Europa.
Le sigue la lectura de su manifiesto por Jeremy Fernando - que realiza una lectura que intenta no olvidar nunca que lo que se está leyendo es un manifiesto, se ha llamado, titulado, se nombra, Un manifiesto europeo. Porque los nombres nombran posibilidades. Y un manifiesto es un texto, y como todo texto, viene con sus particularidades, sus especificidades inherentes: y, en su caso, destaca el hecho de que se manifiesta, se muestra, se escenifica ( theoria ).
Se pone en escena siendo plenamente consciente de que se está poniendo en escena a sí mismo.
Así, siempre trae consigo la pregunta, ¿cuál es el efecto de un manifiesto?, junto a su compendio, ¿cómo se lee un manifiesto?
Lo cual no quiere decir que la lectura sea pasiva y que el que lee no tenga nada que ver con lo que se lee. Porque, como sigue enseñándonos Paul de Man, no es que el acto de leer sea inocente: ni mucho menos. Es el punto de partida de todo mal; donde, la lectura no sólo resuena con ecos de la pregunta primordial, resuena con preguntas potencialmente incontestables, sino que bien podría ser una búsqueda que continuamente se escribe a sí misma en nosotros.
Tampoco está exenta de riesgos. Porque al intentar prestar atención a un texto, al abrirse a las posibilidades de un texto, uno se arriesga a caer, con todos los desastres potenciales que ello conlleva, en el amor; es decir, a ver, a estar en el mundo, ya no desde la perspectiva del Uno, sino desde la perspectiva del Dos (Alain Badiou). Que, al leer, no sólo se hacen surgir ciertas potencialidades de y en un texto, sino que uno se abre a que el texto se escriba en uno mismo, se manifieste en uno mismo.
Y donde existe la posibilidad de que un intento de leer Europa, incluso aunque uno intente ser lo más crítico posible con ella, incluso aunque uno mantenga una distancia con ella, manteniendo una distancia con lo que uno ha llamado Europa, al leer uno se ha abierto a ser llamado por Europa -convocado por espectros de una Europa que puede que ni siquiera pensemos, nos demos cuenta, imaginemos, que estamos leyendo-, a ser moldeado por Europa para convertirse en europeo, sea lo que sea lo que eso pueda empezar a significar...
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)