Narrativa de Conversiones Sorprendentes

Título original:

Narrative of Suprising Conversions

Contenido del libro:

El libro da cuenta de las emociones y escalofríos que asistieron a los gloriosos acontecimientos de ese gran despertar en Nueva Inglaterra en 1734, 35. Todo comenzó con la muerte repentina de un joven.

Esto fue seguido por la muerte de una joven mujer casada que había sido muy ejercitada acerca de la condición de su alma. Esto provocó mucha solemnidad entre los jóvenes. Comenzaron a reunirse en pequeños grupos sociales.

Se produjo un brote de arminianismo que hizo temblar a los "amigos de la piedad vital".

Muchos que se habían considerado a sí mismos en una condición cristiana parecieron despertarse por ello, con el temor de que Dios estuviera a punto de retirar Su mano. Esto causó ''una especie de temor tembloroso con sus dudas, no fuera a ser que se dejaran llevar por senderos para su perdición eterna''.

Con mucha preocupación empezaron 'a preguntar cuál era el camino... para ser aceptados por Dios'' ''Y entonces fue... cuando el Espíritu de Dios empezó extraordinariamente a establecerse, y a obrar maravillosamente entre nosotros''.

De repente, una tras otra, cinco o seis personas se convirtieron salvíficamente", algunas de manera notable. He aquí, en palabras de Edwards, un ejemplo de lo que sucedió: "En todas las compañías, en otros días, en cualquier ocasión en que las personas se reunían, se oía y se veía a Cristo en medio de ellas. Nuestros jóvenes, cuando se reunían, estaban acostumbrados a pasar el tiempo hablando de la Excelencia y del amor agonizante de Jesucristo, de la gloria del camino de la salvación, de la maravillosa, gratuita y soberana gracia de Dios, de Su gloriosa obra en la conversión de un alma, de la verdad y certeza de las grandes cosas de la Palabra de Dios, de la dulzura de las vistas de Sus perfecciones, etcétera.

E incluso en las bodas, que antes eran meras ocasiones de alegría y jolgorio, ahora no se hablaba de otra cosa que no fuera religión, ni parecía haber otra cosa que alegría espiritual" (p. 27).

¿Puede ser que haya otra visitación de Dios el Espíritu como para ver a los jóvenes de nuestros días hablando entre sí en ese sentido? Sí, pues esa es la magnitud de la obra de Dios cuando su Espíritu determina a nuevas criaturas en Cristo Jesús, e induce a millares a la familia de Dios. En aquella época, a principios del siglo XVIII, la impiedad había reinado con la misma firmeza que ahora que entramos en el siglo XXI ''Si el espíritu que actúa en un pueblo opera como un espíritu de amor a Dios y a los hombres, es señal segura de que es el Espíritu de Dios. ''Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios'' (1 Jn 4,7).