Puntuación:
El libro es una lectura concisa e informativa que explora temas históricos, en particular desde el contexto de los tiempos bíblicos. Ofrece una perspectiva refrescante de la historia en un formato fácilmente digerible, aunque adolece de frecuentes errores tipográficos.
Ventajas:⬤ Conciso y fácil de leer
⬤ gran cantidad de información con fuentes citadas
⬤ ofrece una perspectiva histórica especialmente en relación con los contextos bíblico y moderno
⬤ útil para refrescar viejos conocimientos.
Contiene muchos errores tipográficos que pueden restarle credibilidad; algunos lectores podrían pensar que el libro carece de una corrección exhaustiva.
(basado en 3 opiniones de lectores)
The Maccabean Revolt: The History and Legacy of the Jewish Uprising against the Seleucid Empire that Restored Judea's Religious Freedom
*Incluye imágenes.
*Incluye extractos de la Biblia y relatos antiguos.
*Incluye bibliografía para lecturas complementarias.
En el año 722 a.C., el Imperio neoasirio destruyó el reino de Israel y, tras un asedio de tres años, la ciudad de Samaria cayó en manos de las tropas de Sargón II. Como era práctica común en el mundo antiguo, el vencedor desarraigó a los habitantes y los obligó a exiliarse, dispersando a los refugiados por Asia Menor y posiblemente África para destruirlos como grupo cohesionado y evitar que pudieran rebelarse. Ese exilio supuso el fin de las 10 tribus perdidas de Israel. Sólo el reino de Judá, mucho más pequeño y menos importante, enclavado en las áridas tierras del sur, sobrevivió a la campaña del rey de Asiria en el 701 a.C., que la Biblia atribuye a la intervención de los ángeles. Los historiadores modernos creen que el fracaso de un ejército tan poderoso como el de Senaquerib a la hora de rematar la faena se debió a una plaga o enfermedad que se propagó entre sus filas y les obligó a retirarse. Fuera como fuese, durante unas décadas más, el reino de Judá sobrevivió, en el extremo sur de la antigua Tierra Prometida, junto a la orilla occidental del Mar Muerto. Fue sometido primero al imperio que había intentado destruirlo, y después a los neobabilonios. Finalmente, el rey Nabucodonosor II arrasó Jerusalén.
Jerusalén estuvo deshabitada durante gran parte del siglo VI a.C. Este periodo se conoce como el exilio a Babilonia. Este periodo se conoce como el exilio a Babilonia, y los estudiosos de la Biblia creen que fue durante esos años cuando el pueblo judío entró en contacto con varias historias y leyendas que más tarde se incorporarían a sus escritos sagrados. Una generación más tarde, el emperador persa aqueménida Ciro el Grande permitió a los judíos que lo desearon regresar a Jerusalén para reconstruir el templo y restablecer su nación.
El renacido país, asentado en la provincia llamada Yehud Medinata, sobrevivió de forma semiindependiente, aunque en menor medida que antes, hasta que fue absorbido de nuevo por los reinos griegos surgidos tras las conquistas de Alejandro Magno. Después de eso, los judíos permanecieron bajo el dominio de los seléucidas helenistas, que gobernaban su reino de Oriente Próximo desde Mesopotamia, y ocasionalmente bajo el dominio de los ptolomeos, que reinaban desde Alejandría, Egipto.
Durante casi dos siglos, los judíos y los griegos de la región pudieron vivir en relativa paz. Los gobernantes seléucidas permitieron a los judíos practicar su religión sin ser molestados, y muchos de ellos adoptaron aspectos del helenismo para congraciarse con los gobernantes. Con el tiempo, sin embargo, una serie de factores condujeron a una revuelta judía contra el dominio seléucida que comenzó en el año 167 a.C. y llegó a conocerse como la Revuelta Macabea. La revuelta fue el resultado de un creciente sentimiento de identidad judía y de una especie de protonacionalismo que consideraba a los seléucidas como enemigos ocupantes de Tierra Santa. Por otro lado, el rey seléucida Antíoco IV (r. 175-164 a.C.) veía a los judíos con recelo debido a su naturaleza a menudo insular y a su reticencia a aceptar el helenismo. Estas actitudes chocaron y desembocaron en la revuelta macabea.
La revuelta macabea nunca terminó claramente, por lo que los historiadores siguen debatiendo la cronología, pero como se prolongó durante algún tiempo, pasó de ser un movimiento independentista a una guerra de conquista judía. La soberanía de Judea y el culto en el templo fueron restaurados en Jerusalén, pero la suerte quiso que la nación judía no durara mucho debido al ascenso de Roma. No obstante, la revuelta tuvo efectos permanentes sobre la cultura y la identidad judías, la Biblia, la celebración de Janucá y la situación geopolítica en el antiguo Próximo Oriente.
La revuelta macabea: Historia y legado del levantamiento judío contra el Imperio seléucida que restauró la libertad religiosa de Judea examina los orígenes del levantamiento, las personas que lo dirigieron y los resultados. Junto con imágenes de personas, lugares y acontecimientos importantes, aprenderá sobre la Revuelta Macabea como nunca antes.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)