La Meditación Trascendental: El viaje de un científico hacia la felicidad, la salud y la paz, adaptado y actualizado de La fisiología de la conciencia: Parte

Opiniones de los lectores

El libro presenta una perspectiva sobre la investigación de la conciencia y el potencial de la Meditación Trascendental (MT) para contribuir a la paz mundial. Mientras que algunos lectores lo encuentran esclarecedor y valioso, otros lo critican como pseudociencia carente de rigor metodológico y orientación práctica.

El libro es elogiado por hacer accesibles ideas científicas complejas y por poner un rostro humano a la investigación sobre la conciencia. Los lectores aprecian el contexto histórico y encuentran intrigante la discusión de los proyectos de paz mundial de Maharishi.

Los críticos sostienen que el libro promueve la pseudociencia sin aportar pruebas concretas ni instrucciones prácticas para practicar la MT. Algunos consideran que las afirmaciones son absurdas e inverificables, lo que sugiere que el libro se acerca al terreno de las sectas y carece de credibilidad científica.

(basado en 4 opiniones de lectores)

Título original:

Transcendental Meditation: A Scientist's Journey to Happiness, Health, and Peace, Adapted and Updated from The Physiology of Consciousness: Part

Contenido del libro:

El Dr. Robert Keith Wallace es reconocido internacionalmente como investigador pionero en el estudio de la conciencia y la técnica de la Meditación Trascendental (MT).

Trabajó estrechamente durante más de 40 años con Maharishi Mahesh Yogi, el fundador del programa de Meditación Trascendental, quien ofreció esta extraordinaria tecnología como un nuevo enfoque para resolver los antiguos problemas del individuo y la sociedad. En este libro, el Dr. Wallace ofrece un estudio exhaustivo y fácil de entender de la investigación sobre la técnica de la Meditación Trascendental en términos de su experiencia personal como científico y profesor.

"Su Excelencia le recibirá ahora".

La voz me sobresaltó, tan concentrado estaba en tratar de oír cualquier sonido del mundo exterior. Decidí que incluso el fuego de artillería sería sordo donde estábamos.

Era mi primera visita al búnker de un dictador. Al llegar, me sorprendió ver que estaba decorado con cómodos sillones acolchados y alfombras de felpa. Apenas se notaba que las cortinas no tenían ventanas detrás, ni siquiera rendijas.

Por aquí', murmuró el guardia. Seguí al pequeño grupo que se levantó para seguirle. Éramos una delegación de tres científicos estadounidenses que visitábamos Centroamérica en misión de paz.

Habíamos venido a Nicaragua en respuesta a una petición aparecida en la prensa de los ciudadanos de un pueblo devastado por la violencia de una brutal guerra civil. La gente pedía ayuda a cualquier organismo nacional o internacional: 'Quien pueda ayudar, que ayude, por favor'...".