Puntuación:
El libro explora la intersección entre fe y erudición, abogando por la inclusión de perspectivas cristianas en el mundo académico y criticando al mismo tiempo el estado actual de la enseñanza superior. Destaca la importancia de que los cristianos se comprometan con su trabajo académico de forma holística, sin compartimentar su fe. Aunque algunos lectores lo consideraron un argumento convincente a favor de la erudición cristiana, otros lo criticaron por ser limitador o despectivo con ciertas creencias.
Ventajas:El libro ha recibido elogios por la claridad de sus argumentos, el interesante contexto histórico y el llamamiento a los cristianos para que integren su fe en todos los aspectos de la vida, incluido el académico. Muchas reseñas destacan la importancia de contar con diversas perspectivas en el mundo académico y elogian a Marsden por articular un argumento a favor de la erudición cristiana en un entorno académico pluralista.
Desventajas:Los críticos consideran que los argumentos son demasiado restrictivos y sugieren que Marsden desestima los puntos de vista cristianos más tradicionales o fundamentalistas. Algunos lectores opinaron que el libro carece de pruebas empíricas que respalden sus afirmaciones y que le habrían venido bien ejemplos más concretos, en particular sobre las consecuencias a las que se enfrentan los académicos con firmes creencias cristianas.
(basado en 15 opiniones de lectores)
The Outrageous Idea of Christian Scholarship
Al final de su libro de 1994, The Soul of the American University, George Marsden presentaba una modesta propuesta para reforzar el papel de la fe religiosa en el mundo académico actual. Este "epílogo acientífico" contribuyó a desencadenar un acalorado debate que salió de las páginas de las revistas académicas y de The Chronicle of Higher Education para llegar a los principales medios de comunicación, como The New York Times, y marcó a Marsden como uno de los principales participantes en los debates relativos a la religión y la vida pública. Marsden da ahora un tratamiento más completo a su propuesta en The Outrageous Idea of Christian Scholarship, un libro reflexivo y que invita a la reflexión sobre la relación entre la fe religiosa y la erudición intelectual.
Más que una respuesta a las críticas de Marsden, The Outrageous Idea of Christian Scholarship da el siguiente paso hacia la demostración de lo que la antigua relación entre fe y aprendizaje podría significar para la academia hoy en día. Marsden argumenta enérgicamente que la corriente principal de la enseñanza superior estadounidense debe abrirse más a las expresiones explícitas de fe y aceptar lo que la fe significa en un contexto intelectual. Mientras que otros elementos definitorios de la identidad de un académico, como la raza o el género, se tienen en cuenta habitualmente y se acogen como nuevos puntos de vista, Marsden señala que la perspectiva del cristiano creyente se descarta como irrelevante o, peor aún, antitética para la empresa académica.
Marsden comienza examinando por qué las perspectivas cristianas no son bienvenidas en el mundo académico. Refuta los diversos argumentos que se suelen dar para excluir los puntos de vista religiosos, como el de que la fe no es suficientemente empírica para las actividades académicas (aunque la idea de una objetividad científica completa se considera ingenua en la mayoría de los campos hoy en día), el temor a que el cristianismo tradicional reafirme su papel histórico de opresor de las opiniones divergentes, y el dogma recibido de la separación de la Iglesia y el Estado, que va mucho más allá de la ley real en la imaginación popular. Marsden insiste en que los académicos tienen la obligación, tanto religiosa como intelectual, de no dejar sus profundas creencias religiosas a las puertas del mundo académico. Dichas creencias, sostiene, pueden marcar una diferencia significativa en el mundo académico, en la vida universitaria y de muchas otras maneras. Tal vez lo más importante sea que los eruditos cristianos tienen tanto la responsabilidad como la munición intelectual para argumentar en contra de algunas de las ideologías predominantes sostenidas acríticamente por muchos en el mundo académico, como el reduccionismo naturalista o el relativismo moral irreflexivo.
La cultura universitaria contemporánea está vacía en su núcleo, escribe Marsden. No sólo carece de un centro espiritual, sino que carece de una alternativa real. Sostiene que una cultura con diversidad religiosa será una cultura intelectualmente más rica, y que ya es hora de que los académicos y las instituciones que se toman en serio las dimensiones intelectuales de su fe se conviertan en participantes activos en el más alto nivel del discurso académico. Independientemente de que el lector esté de acuerdo o no con esta conclusión, el libro de Marsden, reflexivo y bien argumentado, es una lectura necesaria para todas las partes del debate sobre el papel de la religión en la educación y la cultura.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)