La batalla contra los luditas: Los disturbios en la Revolución Industrial durante las guerras napoleónicas

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Título original:

The Battle Against the Luddites: Unrest in the Industrial Revolution During the Napoleonic Wars

Contenido del libro:

Mientras las columnas de infantería francesa subían por las laderas del Monte San Juan en Waterloo, la caballería pesada británica, con los Royal Scots Greys a la cabeza, se estrelló contra las repletas filas del enemigo. No era la primera vez que los Greys desenvainaban sus espadas durante las guerras napoleónicas, pero sí la primera contra las tropas de Napoleón. Tres años antes habían atacado a los trabajadores de Halifax que protestaban por la introducción de maquinaria en el comercio de la lana.

Tomando su nombre de Ned Ludd, que había destrozado telares en Nottingham, los luditas veían en la mecanización una amenaza para su sustento, ya que las máquinas sustituían a los hombres. En respuesta, se tomaron la justicia por su mano y destrozaron los nuevos equipos.

El malestar industrial había ido en aumento a lo largo del siglo XVIII y estalló en una ola de violencia sin precedentes en 1799. Los brotes de rotura de máquinas se convirtieron rápidamente en huelgas en una batalla del capital contra el trabajo. Siguió una batalla judicial que culminó en 1806 con una nueva legislación que respaldaba a los capitalistas. Esta ley, unida al impacto del sistema continental introducido por Napoleón, que cerró los puertos europeos y americanos a los comerciantes británicos, anunció la mayor depresión económica de la época. El hambre, la peste y el aumento del empleo avivaron el fuego del ludismo.

Meses de violencia se extendieron por West Midlands, Lancashire y Yorkshire, donde un jefe de fábrica fue asesinado; otros propietarios de fábricas empezaron a disparar a los trabajadores que protestaban. Los disturbios provocaron la movilización de miles de soldados regulares: en un momento dado había tantos soldados británicos luchando contra los luditas como contra Napoleón en la Península Ibérica.

Además de explorar estos acontecimientos, Paul L. Dawson también descubre los orígenes del ludismo y sus aliados en las clases medias. Las guerras napoleónicas marcaron el fin de un modo de vida secular en la agricultura, la producción textil y la economía en general.

Los dramáticos cambios que se produjeron en Gran Bretaña entre 1790 y 1815 dieron lugar a un conjunto único de reivindicaciones sociales por parte de los que habían quedado atrás por los cambios sin precedentes que se estaban produciendo en Gran Bretaña y que estallaron en amargas luchas en amplias zonas del país. Con la preocupación actual por la sustitución de la mano de obra por la informática, ésta es una historia que resuena a lo largo de los siglos.