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El libro «Homo Ludens», de Johan Huizinga, explora el concepto de juego como característica fundamental de la humanidad y profundiza en sus implicaciones culturales, lingüísticas y sociológicas. Aunque muchos lectores lo encuentran profundo, sugerente y elegantemente escrito, otros tienen dificultades con su lenguaje pesado y denso, sobre todo si esperaban un enfoque más ligero o específico sobre los juegos.
Ventajas:El libro es elogiado por su escritura perspicaz y elocuente, su examen exhaustivo de la naturaleza del juego y su relevancia para diversos aspectos de la cultura y la civilización. Los lectores aprecian la capacidad de Huizinga para relacionar el juego con elementos culturales serios y su aplicación a disciplinas como el arte, el derecho y el ritual. Muchos lo consideran una lectura que cambia la vida y un clásico en el campo de la historia cultural.
Desventajas:Algunos lectores consideran que el lenguaje denso y académico del libro es un reto, sugiriendo que requiere familiaridad con múltiples lenguajes y conceptos, lo que limita su accesibilidad. Además, algunos críticos expresan su decepción por el hecho de que el libro no cumpliera sus expectativas en cuanto a ejemplos concretos de juego espontáneo frente a juegos estructurados. También hay quejas sobre la calidad de la traducción al inglés.
(basado en 62 opiniones de lectores)
Homo Ludens: A Study of the Play-Element in Culture
En Homo Ludens, Johan Huizinga define el juego como la actividad central de las sociedades florecientes. Identifica cinco características del juego: es libre; no es la vida ordinaria o real; se distingue de la vida ordinaria tanto por su localidad como por su duración; crea orden; no está relacionado con ningún interés material, y no se puede obtener ningún beneficio de él.
Con ejemplos transculturales de las humanidades, los negocios y la política, Huizinga examina el juego en todas sus diversas formas en relación con el lenguaje, la ley, la guerra, el conocimiento, la poesía, el mito, la filosofía, el arte y mucho más. Como él mismo escribe, la civilización es, en sus fases más tempranas, un juego. No sale del juego como un bebé que se desprende del vientre materno: surge en y como juego, y nunca lo abandona.
Empezando por Platón, Huizinga recorre la contribución del hombre jugador a través de la Edad Media, el Renacimiento y el mundo moderno temprano. Con la mirada puesta en nuestros días, escribe: En la política estadounidense el juego) es aún más evidente. Mucho antes de que el sistema bipartidista se redujera a dos gigantescos equipos cuyas diferencias políticas apenas eran perceptibles para un extraño, las elecciones en Estados Unidos se habían convertido en una especie de deporte nacional. Con su notable barrido histórico, Homo Ludens define el juego para las generaciones venideras.
Un relato fascinante del hombre jugador y de la contribución del juego a la civilización. Harper s.
Escritor de inteligencia aguda y poderosa, ayudado por un don de expresión y exposición muy poco frecuente, Huizinga reúne e interpreta uno de los elementos más fundamentales de la cultura humana: el instinto de juego. Leyendo este volumen, uno descubre de repente hasta qué punto los logros en el derecho, la ciencia, la pobreza, la guerra, la filosofía y en las artes, se nutren del instinto de juego. Roger Caillois, editor de Diógenes".
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)