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El libro de Ronald Dworkin aborda la necesidad de un terreno común en los debates políticos, proponiendo dos principios fundamentales de la dignidad humana: el valor intrínseco de cada vida humana y la responsabilidad personal. Aunque estos principios pueden promover un discurso más constructivo, su aplicación a la política sigue siendo polémica. Las críticas reflejan una mezcla de admiración por las ideas del autor y escepticismo respecto a su viabilidad en un entorno político polarizado.
Ventajas:Los argumentos de Dworkin subrayan la importancia de los principios en la toma de decisiones y fomentan un enfoque más reflexivo del discurso político. Muchos críticos aprecian la posibilidad de establecer un punto de partida común en los debates y el sólido razonamiento moral de sus escritos. El debate sobre la dignidad humana se alinea con los ideales de igualdad y libertad, lo que atrae a lectores preocupados por la calidad de la democracia.
Desventajas:Los críticos sostienen que las premisas pueden ser demasiado idealistas y que no todo el mundo estará de acuerdo en su aplicación en escenarios del mundo real. Algunos consideran que las afirmaciones del libro están desfasadas o carecen de soluciones prácticas. Preocupa mucho que la polarización política y las profundas divisiones ideológicas dificulten la aceptación de los valores propuestos por Dworkin.
(basado en 10 opiniones de lectores)
Is Democracy Possible Here?: Principles for a New Political Debate
La política en Estados Unidos está polarizada y trivializada, quizá como nunca antes. En el Congreso, los medios de comunicación y el debate académico, los oponentes de derecha e izquierda, los rojos y los azules, luchan entre sí como si la política fuera un deporte de contacto que se juega al grito de las animadoras.
El resultado, escribe Ronald Dworkin, es una cultura política profundamente deprimente, tan mal equipada para el reto perenne de lograr la justicia social como para las amenazas emergentes del terrorismo. ¿Puede hacerse realidad la esperanza de cambio? Dworkin, uno de los filósofos jurídicos y políticos más destacados del mundo, identifica y defiende principios básicos de moralidad personal y política que todos los ciudadanos pueden compartir. Demuestra que el reconocimiento de esos principios compartidos puede hacer posible una argumentación política sustancial y ayudar a sustituir el desprecio por el respeto mutuo.
Sólo entonces podrá cumplirse plenamente la promesa de la democracia en Estados Unidos y en el resto del mundo. Dworkin expone dos principios básicos que los ciudadanos deberían compartir: en primer lugar, que cada vida humana es intrínseca e igualmente valiosa y, en segundo lugar, que cada persona tiene la responsabilidad personal inalienable de identificar y realizar el valor de su propia vida.
A continuación muestra lo que la fidelidad a estos principios significaría para los derechos humanos, el lugar de la religión en la vida pública, la justicia económica y el carácter y el valor de la democracia. Dworkin argumenta que las conclusiones liberales fluyen de forma más natural a partir de estos principios.
Bien entendidos, chocan con las ambiciones de los conservadores religiosos, la política fiscal y social estadounidense contemporánea y gran parte de la Guerra contra el Terror. Pero su objetivo más básico es convencer a los estadounidenses de todas las tendencias políticas -así como a los ciudadanos de otras naciones con culturas similares- de que pueden y deben defender sus propias convicciones a través de sus propias interpretaciones de estos valores compartidos.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)