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Los franceses nunca cambian sus ideas. Son inmutables, desaparecerán tal como son. Son nosotros. Ya no tienen edad ni gusto para variar. Prefieren morir a pensar, prefieren morir a abandonar un prejuicio.
¿Propaganda? ¿Explicaciones? ¿Demostraciones? ¿Juegos? ¡Zro! Se acabó el juego. La partida está jugada. Dinero, tiempo perdido.
Para recrear Francia, habría sido necesario reconstruirla enteramente sobre una base racista-comunitaria. Cada día nos alejamos de este ideal, de este fantástico plan.
La alondra sigue valiente y alegre, sigue cantando en el cielo, pero los galos ya no la oyen... Los lirios, amarrados al culo de los judíos, enterrados en sus excrementos hasta el corazón, se encuentran adorablemente así.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)