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En efecto, el Santo Grial es la copa que contuvo la preciosa sangre de Cristo, y que incluso la contuvo dos veces, ya que primero se utilizó para el Sagrado Corazón, y luego José de Arimatea recogió en ella la sangre y el agua que escaparon de la herida abierta por la lanza del centurión en el costado del Redentor.
Por tanto, esta copa sustituye, por así decirlo, al Corazón de Cristo como receptáculo de su sangre; ocupa su lugar, por así decirlo, y se convierte en su equivalente simbólico; y ¿no es aún más notable, entonces, que el vaso fuera en otro tiempo un emblema del corazón? Además, la copa, de una forma u otra, desempeña un papel muy importante en muchas tradiciones antiguas, al igual que el propio corazón, y esto era indudablemente cierto en el caso de los celtas en particular, ya que de ellos procedía el núcleo, o al menos el tejido, de la leyenda del Santo Grial. Es lamentable que apenas podamos saber con precisión qué forma adoptó esta tradición antes del cristianismo, como ocurre con todo lo relativo a las doctrinas celtas, para las que la enseñanza oral fue siempre el único modo de transmisión utilizado; pero, por otra parte, existen suficientes concordancias como para que al menos podamos estar seguros del significado de los principales símbolos que figuraban en ella, y esto es lo más esencial de todo.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)