Puntuación:
Las reseñas destacan «Ordre et désordre» de René Guénon como una profunda obra de filosofía política que explora la relación entre la autoridad espiritual y el poder temporal. Guénon sostiene que la autoridad espiritual debe guiar las estructuras sociales, en contraste con la naturaleza a menudo dominante y tumultuosa del poder temporal.
Ventajas:El libro ha sido elogiado por su análisis claro y profundo, que ofrece una perspectiva fresca de la modernidad y el contexto histórico. Los lectores lo consideran sugerente, con una rica exploración de los papeles de las distintas clases sociales y las implicaciones de sus interacciones. Se describe como esencial para comprender los fundamentos filosóficos de la autoridad, lo que lo convierte en una lectura valiosa para los interesados en la teoría política y la metafísica.
Desventajas:Algunos lectores pueden encontrar las ideas presentadas poco convencionales o desafiantes, especialmente en lo que se refiere a la crítica del secularismo moderno y al papel histórico de la autoridad religiosa. La profundidad del análisis puede resultar abrumadora para los lectores ocasionales, y la atención prestada a las estructuras jerárquicas tradicionales puede no ser del agrado de todos.
(basado en 7 opiniones de lectores)
Autorit Spirituelle et Pouvoir Temporel
En la Edad Media existía una verdadera unidad para todo Occidente, fundada sobre los cimientos de un orden verdaderamente tradicional, que era el de la Cristiandad; cuando se formaron esas unidades secundarias, de orden puramente político, es decir temporal y ya no espiritual, que son las naciones, esta gran unidad de Occidente se rompió irremediablemente, y la existencia efectiva de la Cristiandad llegó a su fin.
Las naciones, que no son más que los fragmentos dispersos de la antigua cristiandad, falsas unidades sustituidas a la verdadera unidad por el deseo de dominación del poder temporal, sólo podían vivir, por las condiciones mismas de su constitución, oponiéndose unas a otras, combatiéndose sin cesar en todos los terrenos; el espíritu es unidad, la materia es multiplicidad y división, y cuanto más se aleja uno de la espiritualidad, más se acentúan y amplifican los antagonismos (...). (...) Por eso, la idea de una sociedad de naciones sólo puede ser una utopía sin alcance real; la forma nacional repugna esencialmente a la idea de cualquier unidad superior a la suya; además, en las concepciones que están surgiendo actualmente, sólo se trataría evidentemente de una unidad de carácter exclusivamente temporal, y por tanto tanto tanto más ineficaz, y que nunca podría ser más que una parodia de la verdadera unidad.
© Book1 Group - todos los derechos reservados.
El contenido de este sitio no se puede copiar o usar, ni en parte ni en su totalidad, sin el permiso escrito del propietario.
Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)