Puntuación:
El libro ofrece un análisis exhaustivo del papel del Tribunal Supremo de Estados Unidos en la erosión de los derechos y libertades civiles relacionados con el derecho penal, centrándose especialmente en las interacciones de la policía con estos derechos. Se argumenta que los tribunales posteriores, posteriores a la era Warren, se han puesto cada vez más del lado de las fuerzas del orden y han socavado las protecciones constitucionales. Se utilizan ejemplos de casos reales y el contexto histórico para poner de relieve estas tendencias.
Ventajas:El libro está bien documentado y es informativo, y ofrece una convincente cronología histórica y amplios ejemplos de jurisprudencia. Muchos lectores elogian la pericia, claridad y minuciosidad del autor a la hora de analizar los fallos del Tribunal Supremo en la defensa de las libertades civiles. Sirve para abrir los ojos a quienes desconocen el impacto del sistema judicial en la actuación policial y los derechos civiles.
Desventajas:Algunos lectores opinan que el libro presenta una visión unilateral, carente de perspectivas alternativas o contraargumentos. El lenguaje y el tono se han descrito como tendenciosos contra las fuerzas del orden. Algunos críticos consideran que el contenido es repetitivo o propagandístico, y sugieren que distorsiona los hechos para adaptarlos a la agenda ideológica del autor.
(basado en 15 opiniones de lectores)
Presumed Guilty: How the Supreme Court Empowered the Police and Subverted Civil Rights
La policía tiene nueve veces más probabilidades de matar a hombres afroamericanos que a otros estadounidenses; de hecho, casi uno de cada mil morirá a manos, o bajo las rodillas, de un agente. Como argumenta enérgicamente el eminente constitucionalista Erwin Chemerinsky, esto no es un accidente, sino el horrible resultado de un elaborado cuerpo de doctrinas que permite a la policía y, sobre todo, a los tribunales, presumir que los sospechosos -especialmente las personas de color- son culpables antes de ser acusados.
Hoy en día, en Estados Unidos, se presta mucha atención a los enormes problemas de la violencia policial y el racismo en el cumplimiento de la ley. Con demasiada frecuencia, sin embargo, esa atención no sitúa la culpa donde más corresponde, en los tribunales y, en concreto, en el Tribunal Supremo. Presunto culpable", una "pistola humeante" de la investigación sobre derechos civiles, presenta una historia innovadora de décadas de fracaso judicial en Estados Unidos, revelando cómo el Tribunal Supremo ha permitido prácticas racistas, como la elaboración de perfiles y la intimidación, y ha legitimado graves excesos policiales que afectan desproporcionadamente a las personas de color.
Chemerinsky demuestra que, durante la mayor parte de su existencia, el modus operandi del Tribunal Supremo ha sido la deferencia y el empoderamiento de la policía. Desde su concepción a finales del siglo XVIII hasta la creación del Tribunal Warren en 1953, el Tribunal Supremo rara vez falló en contra de la policía, y sólo cuando la conducta policial era realmente escandalosa. Chemerinsky, que ha litigado en casos relacionados con la mala conducta policial durante décadas, muestra cómo el Tribunal se ha negado una y otra vez a imponer controles constitucionales a la policía, al tiempo que ha eliminado deliberadamente los recursos que los estadounidenses podrían utilizar para impugnar la mala conducta policial.
Por último, en una serie sin precedentes de sentencias históricas dictadas a mediados de los años cincuenta y sesenta, el Tribunal Warren, favorable a los acusados, impuso importantes límites constitucionales a la actuación policial. Sin embargo, como demuestra Chemerinsky, el Tribunal Warren no fue más que una breve aberración histórica, una fugaz era liberal que en última instancia concluyó con la presidencia de Nixon y el ascenso de los jueces conservadores y "originalistas", cuyas sentencias -en Terry contra Ohio (1968), Ciudad de Los Ángeles contra Lyons (1983) y Whren contra Estados Unidos (1996), entre otros casos- han sancionado las detenciones y cacheos, limitado las demandas para reformar los departamentos de policía e incluso fomentado el uso de asfixias letales.
Escrito con los conocimientos y la experiencia de un abogado, Presunto culpable demuestra definitivamente que un enfoque de la actuación policial que sigue exaltando a "Harry el Sucio" sólo puede transformarse mediante un sistema judicial sólido y comprometido con los derechos civiles. En la tradición de El color de la ley de Richard Rothstein, Presunto culpable es una intervención necesaria en los agitados debates nacionales sobre la desigualdad racial y la reforma, creando una historia donde antes no la había, y prometiendo transformar nuestra comprensión de los sistemas que permiten la brutalidad policial.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)