Otra vez muertos: La inteligencia rusa después del comunismo

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Título original:

Dead Again: The Russian Intelligentsia After Communism

Contenido del libro:

Isaiah Berlin afirmó en una ocasión que el concepto de intelligentsia era "la mayor contribución de Rusia a la civilización mundial". Desde mediados del siglo XIX, la intelligentsia rusa ha compartido un profundo sentido de responsabilidad por el destino de su país y una creencia en el poder transformador de la Palabra, creencia reforzada por el Estado, que ha intentado implacablemente suprimir cualquier forma de disidencia intelectual.

A partir de 1986, esta creencia se puso a prueba. Se abrieron las compuertas de la información, pero no se produjo ningún milagro. No se despertó un nuevo sentido de la moralidad, nadie se apresuró a redimir a la nación.

De hecho, una vez pasada la novedad de la libertad de expresión, la gente perdió interés en ella.

Mientras la intelectualidad veía cómo se desintegraba su sueño más preciado, también perdía su posición social, su prestigio y, finalmente, su dinero. Como había hecho con frecuencia en el pasado, la intelectualidad respondió declarándose muerta, obsoleta.

Una vez más, era el fin. Masha Gessen, una de las más perspicaces de una nueva generación de corresponsales en Rusia, no comparte esta opinión. Su fascinante libro es el primero que examina las formas en que los intelectuales están encontrando una identidad en la nueva Rusia.

A través de una serie de extraordinarias historias individuales, muestra su búsqueda de una nueva fe, ya sea la religión o lo paranormal, un compromiso con la ideología nacionalista o con los principios feministas. También muestra su búsqueda de un lugar en la nueva sociedad, como artistas o políticos, empresarios o neodisidentes. A algunos de ellos ya los describe como famosos (o infames); a otros, como desconocidos.

Sus relatos de sus carreras y preocupaciones pueden ser inspiradores o desgarradores, y a veces desternillantes. Por último, Masha Gessen analiza las perspectivas de las futuras generaciones de intelectuales, ofreciendo un retrato vívido e inquietante de la marginada Generación X rusa y de los más jóvenes aún, que han abandonado en gran medida cualquier noción de sociedad o esperanza de ocupar un lugar en ella.