Puntuación:
El libro explora las obligaciones éticas desde una perspectiva contractualista, ofreciendo una visión profunda y desafiante de la filosofía moral. Requiere una lectura atenta y comprometida, pero se valora por su contenido que invita a la reflexión.
Ventajas:⬤ Provocador y moralmente esclarecedor
⬤ rico material que desafía las percepciones
⬤ considerado como lectura esencial para los interesados en la filosofía moral
⬤ argumentos y estilo bien estructurados
⬤ puede ser gratificante con un estudio cuidadoso
⬤ bien recibido por los lectores que aprecian su profundidad.
⬤ No es una lectura fácil, a menudo requiere múltiples lecturas para captar plenamente los conceptos
⬤ el estilo de escritura puede ser complejo y distraer
⬤ algunos problemas con el estado físico a la llegada, como daños o marcas no deseadas
⬤ puede ser demasiado denso para los lectores sin una sólida formación filosófica.
(basado en 36 opiniones de lectores)
What We Owe to Each Other (Revised)
¿Cómo juzgamos si una acción es moralmente correcta o incorrecta? Si una acción está mal, ¿qué razón nos da para no hacerla? ¿Por qué deberíamos dar prioridad a esas razones sobre nuestras demás preocupaciones y valores? En este libro, T. M.
Scanlon ofrece nuevas respuestas a estas preguntas, ya que se aplican a la parte central de la moralidad que se refiere a lo que nos debemos unos a otros. Según su visión contractualista, pensar en el bien y el mal es pensar en lo que hacemos en términos que puedan justificarse ante los demás y que éstos no puedan rechazar razonablemente. Muestra cómo la autoridad especial de las conclusiones sobre el bien y el mal surge del valor de relacionarse con los demás de este modo, y muestra cómo ideas morales familiares como la justicia y la responsabilidad pueden entenderse a través de su papel en este proceso de justificación y crítica mutuas.
Scanlon basa su contractualismo en una visión más amplia de las razones, el valor y el bienestar individual que cuestiona los puntos de vista habituales sobre estas nociones cruciales. Sostiene que los deseos no nos proporcionan razones, que los estados de cosas no son los principales portadores de valor y que el bienestar no es tan importante para la toma de decisiones racionales como se suele pensar.
Scanlon es pluralista en cuanto a los valores morales y no morales. Sostiene que, teniendo en cuenta esta pluralidad de valores, el contractualismo permite la mayor parte de la variabilidad de los requisitos morales que han reclamado los relativistas, al tiempo que sigue dando cuenta de toda la fuerza de nuestros juicios sobre el bien y el mal.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)