Lo que hace que la vida merezca la pena: Sobre farmacología

Opiniones de los lectores

El libro presenta ideas complejas sobre la cultura contemporánea y la existencia humana, a menudo descritas como densas y cuya comprensión requiere un esfuerzo considerable. Aunque la prosa puede resultar desafiante y estar cargada de un vocabulario singular, quienes estén dispuestos a profundizar en el texto pueden encontrarlo gratificante y perspicaz.

Ofrece un profundo análisis de la cultura y el consumismo contemporáneos, combina ideas filosóficas con eficacia y proporciona una escritura poética que enriquece la experiencia de lectura para quienes perseveran.

El libro es difícil de leer debido a su lenguaje denso y complejo, a menudo descrito como «jerga tecnológica posmoderna», lo que puede resultar molesto para algunos lectores.

(basado en 3 opiniones de lectores)

Título original:

What Makes Life Worth Living: On Pharmacology

Contenido del libro:

Tras la Primera Guerra Mundial, el poeta Paul Val ry escribió sobre una "crisis del espíritu", provocada por la instrumentalización del conocimiento y la subordinación destructiva de la cultura al beneficio. Los acontecimientos recientes demuestran con demasiada claridad que el stock de la mente, o espíritu, sigue cayendo. La economía está organizada de forma tóxica en torno a la búsqueda de beneficios a corto plazo, con el apoyo de unos medios de comunicación infantilizados y embrutecidos. Las tecnologías publicitarias exigen sin descanso nuestra atención, reduciéndonos a bestias idiotas, incapaces ya de vivir. El aumento vertiginoso de las enfermedades mentales demuestra que la frágil vida de la mente se encuentra en un punto de ruptura.

En la base de estos múltiples síntomas está el capitalismo de consumo, que empobrece sistemáticamente a aquellos a quienes pretende liberar. Volviendo a la teoría de Marx, Stiegler sostiene que el consumismo marca una nueva etapa en la historia de la proletarización. Ya no es sólo el trabajo el que es explotado, empujado por debajo de los límites de la subsistencia, sino el deseo característico del espíritu humano.

La cura a este malestar se encuentra en lo que Stiegler denomina "farmacología del espíritu". Aquí, la farmacología no tiene nada que ver con los suplementos químicos desarrollados por la industria farmacéutica. El pharmakon, que se define tanto como cura como veneno, se refiere a los objetos técnicos a través de los cuales nos abrimos a nuevos futuros y, por tanto, creamos el espíritu que nos hace humanos. Haciendo referencia a una serie de figuras, desde Sócrates, Simondon y Derrida hasta el psicoanalista infantil Donald Winnicott, Stiegler muestra que la técnica es tanto la causa de nuestro sufrimiento como lo que hace que la vida merezca la pena.