Investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones

Opiniones de los lectores

Las reseñas de «La riqueza de las naciones» destacan la importancia del libro como texto fundacional de la economía, señalando su relevancia atemporal y la profundidad de las ideas de Adam Smith sobre el capitalismo y la filosofía moral. Sin embargo, la edición para Kindle presenta problemas de formato que dificultan su lectura y consulta. Además, aunque se alaba el contenido del libro, a muchos les resulta difícil debido a su extensión y complejidad.

Un texto fundamental de economía, esencial para comprender la teoría económica moderna.

Ofrece ideas intemporales sobre el capitalismo, la libertad individual y la filosofía moral.

(basado en 417 opiniones de lectores)

Título original:

An Inquiry Into the Nature and Causes of the Wealth of Nations

Contenido del libro:

Adam Smith FRSE (bautizado el 5 de junio de 1723 O. S. / 16 de junio N. S. - 17 de julio de 1790) fue un filósofo moral escocés y un economista político pionero. Es también el fundador de la economía. Una de las figuras clave del movimiento intelectual conocido como la Ilustración escocesa, es conocido sobre todo como autor de dos tratados: La teoría de los sentimientos morales (1759) y Una investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones (1776). Este último fue uno de los primeros intentos de estudiar sistemáticamente el desarrollo histórico de la industria y el comercio en Europa, así como un ataque sostenido a las doctrinas del mercantilismo. La obra de Smith contribuyó a crear la moderna disciplina académica de la economía y proporcionó uno de los fundamentos intelectuales más conocidos del libre comercio, el capitalismo y el libertarismo. Adam Smith aparece ahora en el reverso del billete de 20 libras del Banco de Inglaterra. La productividad del libre intercambio: Smith demostró que este vasto edificio «mercantilista» era una locura. Sostenía que en un intercambio libre, ambas partes salían ganando. Sencillamente, nadie comerciaría si esperase perder con ello. El comprador se beneficia igual que el vendedor. Las importaciones son tan valiosas para nosotros como nuestras exportaciones lo son para los demás. Como el comercio beneficia a ambas partes, decía Smith, aumenta nuestra prosperidad con la misma seguridad que la agricultura o la manufactura.

La riqueza de una nación no es la cantidad de oro y plata en sus bóvedas, sino el total de su producción y comercio, lo que hoy llamaríamos producto nacional bruto. La Riqueza de las Naciones influyó profundamente en los políticos de la época y sentó las bases intelectuales de la gran era del libre comercio y la expansión económica del siglo XIX. Aún hoy se acepta en todo el mundo el sentido común del libre comercio, cualesquiera que sean las dificultades prácticas para conseguirlo. Orden social basado en la libertad: Smith tenía una comprensión radical y nueva del funcionamiento real de las sociedades humanas. Se dio cuenta de que la armonía social surgiría de forma natural a medida que los seres humanos se esforzaran por encontrar formas de vivir y trabajar unos con otros. La libertad y el interés propio no tienen por qué producir el caos, sino -como si estuvieran guiados por una «mano invisible»- el orden y la concordia. Y a medida que la gente llegara a acuerdos entre sí, los recursos de la nación se destinarían automáticamente a los fines y propósitos más valorados por la gente. Así pues, un orden social próspero no necesitaba ser controlado por reyes y ministros. Crecería, orgánicamente, como producto de la naturaleza humana. Crecería mejor en un mercado abierto y competitivo, con libre intercambio y sin coerción. La Riqueza de las Naciones no era, pues, sólo un estudio de economía, sino un estudio de la psicología social humana: sobre la vida, el bienestar, las instituciones políticas, la ley y la moral.

La psicología de la ética: No fue La riqueza de las naciones lo primero que dio a conocer a Smith, sino un libro sobre ética, La teoría de los sentimientos morales. Una vez más, Smith recurre a la psicología social para descubrir el fundamento de la moralidad humana. Los seres humanos sienten una «simpatía» natural por los demás. Eso les permite comprender cómo moderar su comportamiento y preservar la armonía. Y ésta es la base de nuestras ideas y acciones morales.