Cantar la Revolución Francesa

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Título original:

Singing the French Revolution

Contenido del libro:

Laura Mason examina la suerte cambiante del canto como gesto político para destacar la importancia de la cultura popular en la política revolucionaria. Argumentando que los estudiosos han exagerado la uniformidad de la cultura política revolucionaria, Mason utiliza la composición de canciones y las prácticas de canto para revelar su naturaleza diversa.

Las interpretaciones de canciones en las calles, los teatros y los clubes de París mostraron cómo la cultura popular adquirió un nuevo significado político después de 1789, convirtiéndose en uno de los medios más importantes para participar en el debate revolucionario. A lo largo de la década de 1790, los ciudadanos franceses reconocieron la importancia de los himnos para promover sus interpretaciones de los acontecimientos revolucionarios y defender sus aspiraciones para la Revolución. Al abrir nuevos campos de actividad cultural y derribar las jerarquías estéticas del Antiguo Régimen, los revolucionarios permitieron que una población más amplia e infinitamente más diversa participara en la producción y el intercambio culturales, sostiene Mason.

El activismo resultante ayuda a explicar la urgencia con la que los sucesivos gobiernos trataron de imponer una cultura política oficial a una población heterogénea y movilizada. A partir de 1793, la cultura de la canción se despolitizó gradualmente a medida que las clases populares se retiraban de los escenarios públicos, la cultura de la clase media se orientaba hacia lo estrictamente lúdico y la cultura oficial se volvía cada vez más rígida.

Al mismo tiempo, sin embargo, se inventaron prácticas de canto que sentaron las bases de nuevas prácticas de canto activistas en el siglo siguiente. El legado de la Revolución, según Mason, fue otorgar una nueva respetabilidad al canto popular, transformándolo de un medio de queja esencialmente conservador en un instrumento de resistencia social y política.