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El libro «Líneas fronterizas», de Daniel Boyarin, es una exploración desafiante pero esclarecedora de las conexiones históricas y teológicas entre el judaísmo y el cristianismo, argumentando que surgieron de un contexto compartido en lugar de ser identidades separadas. La obra está bien documentada y ofrece ideas provocadoras, pero también es densa y académica, lo que la hace potencialmente difícil para el lector general.
Ventajas:⬤ Es muy estimulante e intelectualmente innovador.
⬤ Ofrece nuevas perspectivas sobre las conexiones entre el judaísmo y el cristianismo.
⬤ Bien investigado y con una documentación impresionante.
⬤ Desafía los puntos de vista tradicionales sobre la división histórica entre las dos religiones.
⬤ Atractivo para quienes están familiarizados con el discurso académico.
⬤ Recupera un contexto teológico complejo que tiene mucho que ofrecer a los lectores judíos y cristianos.
⬤ Muy académico y denso, posiblemente inaccesible para lectores ocasionales.
⬤ No está dirigido a quienes no tienen formación en estudios judíos o cristianos.
⬤ Algunos lectores encuentran la redacción excesivamente compleja y llena de jerga.
⬤ Es posible que las críticas a diversos puntos teológicos no se exploren a fondo, lo que provocaría lagunas en la comprensión.
⬤ La profusión de citas y referencias puede restar claridad.
(basado en 23 opiniones de lectores)
Border Lines: The Partition of Judaeo-Christianity
La separación histórica entre el judaísmo y el cristianismo suele figurar como una ruptura claramente definida de una entidad única en dos religiones distintas.
Siguiendo este modelo, antes del nacimiento de Cristo habría existido una religión conocida como judaísmo, que luego adoptó una identidad híbrida. Incluso antes de su posterior división, ciertas creencias y prácticas de este compuesto habrían sido identificables como cristianas o judías.
Sin embargo, en Border Lines (Líneas fronterizas), Daniel Boyarin defiende una forma muy distinta de concebir el desarrollo histórico que supone la partición del judeocristianismo. Boyarin sostiene que no había características o rasgos que pudieran describirse como exclusivamente judíos o cristianos en la Antigüedad tardía. Más bien, los judíos seguidores de Jesús y los judíos que no lo seguían vivían en un mapa cultural en el que las creencias, como la de un segundo ser divino, y las prácticas, como guardar el kosher o mantener el sábado, estaban amplia y variadamente distribuidas.
Las distinciones definitivas entre judaísmo y cristianismo fueron impuestas desde arriba por los "hacedores de fronteras", heresiólogos ansiosos por construir una identidad discreta para el cristianismo. Al definir algunas creencias y prácticas como cristianas y otras como judías o heréticas, desplazaron ideas, comportamientos y personas a un lado u otro de una frontera artificial y, según Boyarin, inventaron el concepto mismo de religión.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)