America's Blessings: Cómo la religión beneficia a todos, incluidos los ateos

Título original:

America's Blessings: How Religion Benefits Everyone, Including Atheists

Contenido del libro:

Hace unos años, el debate entre ateos y creyentes salió de las aulas académicas y los bancos de las iglesias de Estados Unidos para llegar a la opinión pública. Una serie de manifiestos ateos encabezaron la carga, superando y ocupando los primeros puestos de las listas de libros más vendidos de no ficción. Este debate provocó una avalancha de refutaciones religiosas, ya que ambos bandos intercambiaron enérgicas andanadas, se lanzaron acusaciones, se perpetuaron mitos, estereotipos y argumentos de paja, y el aire se llenó de amarga hostilidad. Muchas de estas ideas erróneas y mitos persisten hoy en día, junto con el espíritu generalmente enconado del debate.

En America's Blessings, el distinguido investigador Rodney Stark trata de despejar el aire de esta hostilidad y desacreditar muchos de los conceptos erróneos más ampliamente perpetuados en el debate, recurriendo a un amplio conjunto de hallazgos sociológicos. Stark se eleva por encima de la polémica y se centra exclusivamente en los hechos, examinando los efectos mensurables de la fe y la práctica religiosas en la sociedad estadounidense. Sus resultados pueden sorprender a ateos y creyentes por igual.

Comenzando con un repaso histórico, Stark rastrea las raíces religiosas de Estados Unidos desde la fundación del país hasta nuestros días, demostrando que la religiosidad en Estados Unidos nunca ha sido constante, estática ni monolítica. Resulta interesante comprobar que la práctica religiosa está más extendida que nunca en Estados Unidos, a pesar de que se diga lo contrario. A partir de aquí, Stark dedica capítulos enteros a desgranar las últimas investigaciones sobre cómo afecta la religión a las distintas facetas de la vida moderna estadounidense, como la delincuencia, la vida familiar, la sexualidad, la salud mental y física, la sofisticación, la caridad y la prosperidad en general. El efecto acumulativo es que, cuando se compara con las naciones europeas occidentales, Estados Unidos sale una y otra vez vencedor. Gracias en gran medida a la rica cultura religiosa de Estados Unidos, la nación tiene índices de delincuencia mucho más bajos, niveles mucho más altos de donaciones caritativas, mejor salud, matrimonios más fuertes y menos suicidios, por citar sólo algunos de los beneficios.

En el último capítulo, Stark evalúa el impacto financiero de estas realidades religiosas. Resulta que la creencia beneficia a la economía estadounidense -y a los 300 millones de ciudadanos, creyentes y no creyentes por igual- en una estimación conservadora de 2,6 billones de dólares al año. A pesar del clamor ateo contra la religión, la notable conclusión es clara: todos los estadounidenses, desde los más religiosos hasta nuestros vecinos laicos, deberíamos contar nuestras bendiciones.