Shackleton Boys Volumen 2: Historias reales de los operadores de Shackleton en ultramar

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Título original:

Shackleton Boys Volume 2: True Stories from Shackleton Operators Based Overseas

Contenido del libro:

Tras la Segunda Guerra Mundial, la Royal Air Force sufrió una considerable reducción de sus efectivos, pero conservó una función esencial de reconocimiento marítimo para la protección de los intereses británicos en ultramar. Estas zonas eran principalmente el Mediterráneo, Oriente Medio, Extremo Oriente hasta Hong Kong y todas las rutas comerciales asociadas que las unían a Gran Bretaña y entre sí.

Con la entrada en servicio del Shackleton en 1951, el reequipamiento con el nuevo tipo se concentró inicialmente en la flota nacional del Mando Costero. La primera estación de ultramar en recibirlos fue Gibraltar en 1952, seguida de Malta, Singapur, Adén y finalmente Sharjah. Además de su rutina diaria de patrullas marítimas, los escuadrones de ultramar tomaron parte en una serie de operaciones significativas.

Desde hacer frente a la rebelión en Adén, pasando por la Declaración Unilateral de Independencia de Rodesia, hasta la Confrontación con Indonesia, el Shackleton desempeñó un papel vital en el mantenimiento de la paz.

Incluso hubo un destacamento permanente en la isla de Gan para dar cobertura de búsqueda y rescate a los aviones en tránsito hacia y desde Extremo Oriente. Los últimos Shackleton de la RAF en el extranjero tuvieron su base en Sharjah hasta finales de 1971, y un destacamento del Reino Unido permaneció en Singapur hasta 1972.

El único otro operador del tipo fue la Fuerza Aérea Sudafricana, que voló ocho ejemplares del MR. 3 desde 1957. Los supervivientes fueron finalmente retirados del servicio en noviembre de 1984.

Así pues, después de casi treinta y tres años, la historia del Shackleton en el extranjero había terminado. Tras el extraordinario éxito del Volumen Uno, publicado en 2018 y aún disponible, Steve Bond ha reunido a otro excepcional grupo de operadores de Shack que se deleitan en regalar al lector sus historias de proezas. Otro más para la maleta de los Boys.