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El libro «Scapa Flow», de Angus Konstam, es un relato detallado e informativo del fondeadero de la flota de la Royal Navy durante las dos Guerras Mundiales, elogiado por sus mapas, fotografías y exploración minuciosa de las defensas establecidas en Scapa Flow. Aunque es apreciado por llenar lagunas históricas y por su atractivo estilo de redacción, cabe señalar que no puede servir como referencia independiente y que carece de algunos detalles sobre los costes de construcción y la eficacia de los campos de minas.
Ventajas:⬤ Detalles exhaustivos sobre las defensas y la historia de Scapa Flow.
⬤ Excelentes mapas, diagramas y fotografías que mejoran la comprensión.
⬤ Atractiva narración de un historiador experimentado con vínculos personales con la zona.
⬤ Útil tanto para lectores generales como para estudiantes de historia militar.
⬤ Contiene nuevos contenidos y relatos informativos de acontecimientos históricos clave, como el hundimiento de la Flota Alemana de Alta Mar.
⬤ No es un libro de referencia independiente; necesita material complementario.
⬤ Carece de información detallada sobre los costes de construcción y la eficacia de los campos de minas.
⬤ Algunos lectores lo encontraron aburrido o menos atractivo.
⬤ Información limitada sobre ciertos fallos críticos de la defensa.
(basado en 17 opiniones de lectores)
Scapa Flow: The Defences of Britain's Great Fleet Anchorage 1914-45
Scapa Flow, un puerto natural de importancia estratégica situado en las islas Orcadas, fue el principal fondeadero de la flota británica durante la Primera y la Segunda Guerras Mundiales. Albergó a la Gran Flota de Jellicoe entre 1914 y 18, y fue desde aquí desde donde zarpó para luchar contra los alemanes en Jutlandia en 1916. En 1914, los británicos empezaron a construir una amplia red defensiva fortificando las entradas a Scapa Flow y ampliando después estas defensas para cubrir la mayor parte de las Orcadas. Estas defensas estáticas se aumentaron con redes de barreras, patrullas navales y campos de minas, creando la mayor base naval fortificada del mundo.
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Scapa Flow volvió a estar en una situación ideal para contrarrestar la amenaza naval alemana y sirvió de base a la Flota Británica. A pesar de los constantes ataques de aviones y submarinos, uno de los cuales logró hundir el acorazado británico Royal Oak, las defensas de Scapa Flow volvieron a ser aumentadas y mejoradas. En 1940, las Orcadas se habían convertido en una isla-fortaleza, la mayor red defensiva integrada de este tipo en Europa, tripulada por nada menos que 50.000 soldados de la Commonwealth.
El historiador naval Angus Konstam cuenta la historia de esta poderosa fortaleza naval, muchas de cuyas piezas aún pueden verse en la isla.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)