Puntuación:
El libro ofrece un relato bien escrito y detallado de las incursiones de la Marina alemana en convoyes durante la Segunda Guerra Mundial, concretamente de 1939 a 1941. Destaca la dinámica entre las flotas alemana y británica e incluye diversas ayudas visuales. Aunque el autor cubre con éxito un tema que a menudo se pasa por alto, algunos aspectos del libro, como la brevedad de las descripciones de las acciones y la inclusión de fotos ya vistas, desmerecen la experiencia general.
Ventajas:Contenido bien escrito y atractivo, cobertura exhaustiva de temas pasados por alto, buenas ilustraciones y mapas, análisis sucinto al final y altas recomendaciones de los lectores.
Desventajas:Le faltan fotos de las incursiones reales, descripciones breves de las acciones que dejan mucho que desear, uso repetitivo de fotografías ya vistas, algunas inexactitudes factuales en los diagramas y algunas faltas de ortografía.
(basado en 6 opiniones de lectores)
Big Guns in the Atlantic: Germany's Battleships and Cruisers Raid the Convoys, 1939-41
En los primeros meses y años de la Segunda Guerra Mundial, fueron los cruceros y acorazados alemanes los que más asolaron los convoyes atlánticos. Esta es la historia de esas incursiones y de cómo el éxito de la Operación Berlín de 1941 llevó directamente a la Kriegsmarine a enviar al Atlántico su mayor acorazado: el poderoso y malogrado Bismarck.
Al estallar la Segunda Guerra Mundial, la Kriegsmarine alemana aún contaba con un ejército de submarinos relativamente pequeño. Para alcanzar las rutas de los convoyes británicos en el Atlántico Norte, estos barcos tenían que rodear la cima de las Islas Británicas, un largo y peligroso viaje hasta sus cotos de caza. Los grandes buques de guerra de superficie alemanes eran mucho más adecuados para este tipo de operaciones de largo alcance. Así, a finales de 1939, el crucero acorazado Deutschland y, más tarde, los cruceros de batalla Scharnhorst y Gneisenau fueron utilizados como asaltantes comerciales contra los convoyes aliados en el Atlántico Norte. Estas incursiones tuvieron resultados dispares, pero para el alto mando naval alemán demostraron que este tipo de operación tenía potencial. La caída de Francia, Dinamarca y Noruega a principios de 1940 alteró drásticamente la situación estratégica. Ahora era mucho más fácil llegar al Atlántico y escapar de él.
Durante 1940, los cruceros Admiral Scheer y Admiral Hipper realizaron otras incursiones con un éxito moderado. A finales de año, con las crecientes pérdidas mercantes británicas a causa de los asaltantes de superficie y los submarinos, se desarrollaron planes para una incursión mucho mayor, primero con los dos cruceros y después con los dos cruceros de batalla. El punto culminante fue la Operación Berlín, la mayor y más amplia incursión de la Kriegsmarine en el Atlántico Norte hasta la fecha. El Scharnhorst y el Gneisenau permanecieron en el mar durante dos meses, destruyendo 22 buques mercantes aliados y perturbando gravemente los convoyes británicos. Así que, cuando la operación terminó, el comandante alemán, el Almirante L tjens recibió la orden de repetir su éxito - esta vez con el flamante acorazado Bismarck. El resto, como suele decirse, es historia. Estas primeras incursiones en el Atlántico demostraron que los buques de superficie alemanes podían ser asaltantes comerciales muy eficaces. Sin embargo, también demostraron lo arriesgada que podía ser esta estrategia. Con un análisis fascinante y detallado de las incursiones de la Kriegsmarine en el Atlántico entre 1939 y 1941, este libro atraerá a los lectores interesados en la Segunda Guerra Mundial y, en particular, en las operaciones navales alemanas.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)