Pioneros de la aviación a través del Canal de la Mancha: Blanchard y Bleriot, vikingos y vizcondes

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Título original:

Cross-Channel Aviation Pioneers: Blanchard and Bleriot, Vikings and Viscounts

Contenido del libro:

El 25 de julio de 1909, un francés elegante y bigotudo que pilotaba un avión endeble y diáfano cambió el estatus de una gran nación. "Inglaterra ya no es una isla", declaró el Daily Mail. Lord Northcliffe, propietario del periódico, había ofrecido el premio de 1.000 dólares al primer vuelo sobre el Canal de la Mancha realizado por el piloto de un aeroplano.

Louis Bl riot había vencido a su rival anglo-francés Hubert Latham. Seis días antes, Latham se había convertido en el primer aviador en realizar un aterrizaje forzoso en el agua cuando el motor de su elegante monoplano Antoinette falló mientras intentaba la travesía.

En este libro, el autor explora los numerosos y variados hitos del vuelo a través del Canal de la Mancha, comenzando en julio de 1785, cuando John-Pierre Blanchard y John Jeffries realizaron la primera travesía, en globo. Otros aviadores siguieron rápidamente a Blanchard, de modo que Pierre Prier realizó el primer vuelo Londres-París sin escalas en abril de 1911 y Harriet Quimby se convirtió en la primera mujer en cruzar el Canal de la Mancha un año después.

El libro recoge otros acontecimientos significativos de la aviación a través del Canal de la Mancha, como la primera colisión en pleno vuelo entre aviones que volaban entre el Reino Unido y Francia, que dio lugar a un rudimentario sistema de control del tráfico aéreo, la popularidad de los servicios de transbordadores de automóviles en los años cincuenta y sesenta, y la llegada de los reactores.

Otros grandes cambios estaban en camino. En 1994 se pusieron en marcha los servicios ferroviarios de pasajeros Eurostar desde Londres utilizando el túnel del Canal de la Mancha. En octubre de 2001, tras los retrasos crónicos del tráfico aéreo a finales de los ochenta, la Comisión Europea adoptó propuestas para un Cielo Único Europeo, pero no es de extrañar que durante la segunda década del siglo XXI esto se haya empantanado en la política intraeuropea.