Lugares pioneros de la aviación británica

Título original:

Pioneering Places of British Aviation

Contenido del libro:

Desde principios del siglo XIX, Gran Bretaña estuvo a la vanguardia del vuelo a motor. A lo largo y ancho del país, muchos lugares se convirtieron en centros de innovación y experimentación, a medida que aumentaba el número de hombres atrevidos que surcaban los cielos.

Fue en 1799, en Brompton Hall (Yorkshire), donde Sir George Cayley Bart expuso las ideas que constituyeron la base del vuelo propulsado. Cayley es considerado el padre de la aviación y su casa solariega la «cuna» de la aviación británica.

A partir de 1862 se realizaron vuelos en globo en Hendon, aunque los intentos de realizar vuelos propulsados desde la zona que más tarde se utilizaría como famoso aeródromo no parecen haber tenido mucho éxito. A pesar de ello, Louis Blériot estableció allí una escuela de vuelo en 1910.

Percy Pilcher voló en planeadores desde los terrenos de Stamford Hall, en Leicestershire, durante la década de 1890. Murió en un accidente en 1899, pero Pilcher tenía planes para una aeronave propulsada que, según los expertos, podría haberle permitido superar a los hermanos Wright y convertirse en el primero en realizar un vuelo propulsado con ala fija.

En Brooklands (Surrey) se intentó construir y pilotar un avión a motor en 1906, antes incluso de que se terminara de construir el famoso circuito de carreras, pero sin éxito. Sin embargo, el 8 de junio de 1908, A. V. Roe realizó desde allí el que se considera el primer vuelo con motor de Gran Bretaña -en realidad, un corto salto- en una máquina de diseño y construcción propios, lo que permitió a Brooklands reivindicar ser la cuna de la aviación británica.

Estos son sólo algunos de los muchos lugares investigados por Bruce Hales-Dutton en esta fascinante mirada a los primeros días de la aviación británica. Los lugares explorados incluyen la primera fábrica de aviones de Gran Bretaña, en los arcos ferroviarios de Battersea; Larkhill, en la llanura de Salisbury, que se convirtió en el primer aeródromo del ejército británico; y Barking Creek, donde Frederick Handley Page estableció su primera fábrica.