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El libro «Penrod y Sam», de Booth Tarkington, es un reflejo humorístico y nostálgico de la infancia, centrado especialmente en las aventuras de dos niños a principios del siglo XX. Ha sido amado a través de generaciones, a menudo comparado con las obras de Twain, y es considerado tanto entretenido como perspicaz, a pesar de sus elementos anticuados.
Ventajas:⬤ Es una lectura divertida y entretenida que capta las travesuras de la infancia.
⬤ Muchos lectores aprecian su valor nostálgico, al evocar gratos recuerdos de su propia infancia.
⬤ La redacción se considera deliciosa, con un lenguaje ingenioso y humor.
⬤ Ofrece una visión de la cultura juvenil y las normas sociales de hace un siglo, lo que la convierte en una interesante obra histórica.
⬤ Adecuado para niños, a menudo se disfruta en clase.
⬤ El lenguaje y algunos temas pueden parecer anticuados, por lo que es posible que no resuenen entre los lectores más jóvenes de hoy en día.
⬤ Hay términos arcaicos del argot que pueden requerir explicación para los lectores modernos.
⬤ Algunos consideran que las perspectivas sobre la raza y la sociedad son políticamente incorrectas para los estándares actuales.
⬤ Algunos lectores opinan que no todos los episodios son igual de atractivos, y algunos parecen forzados.
(basado en 74 opiniones de lectores)
Penrod and Sam
Compre uno de los libros clásicos de 1st World Library y ayude a mantener nuestra biblioteca gratuita de libros electrónicos descargables en Internet. Visítenos en línea en www.1stWorldLibrary.ORG - - Durante las horas diurnas de varios sábados de otoño se habían producido graves brotes de caballería en el barrio de Schofield.
Los sables eran de madera; los corceles, imaginarios, y ambos se empleaban en un juego llamado «bonded pris'ner» por sus inventores, los maestros Penrod Schofield y Samuel Williams. El pasatiempo no era intrincado. Cuando dos enemigos se encontraban, practicaban una espectacular esgrima hasta que la persona de uno u otro era tocada por el arma contraria; entonces, una vez desestimadas las consiguientes alegaciones de juego sucio y resuelta la discusión subsiguiente, el combatiente tocado era considerado prisionero hasta el momento en que pudiera ser tocado por la empuñadura de una espada perteneciente a uno de los suyos, lo que efectuaba su liberación y le devolvía el pleno disfrute de la actividad hostil.
Sin embargo, a la espera de ese rescate, se vio obligado a acompañar a las fuerzas de su captor adondequiera que les llevaran sus necesidades estratégicas, lo que incluía muchos lugares extraños. El juego era excitante y, en su punto álgido, salía de un callejón y entraba en un establo, salía de ese establo y entraba en un patio, salía de ese patio y entraba en una casa, y atravesaba esa casa con el sonido (y el efecto sobre los muebles) de rebaños pisoteados.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)